Plácido Domingo, que ha cumplido 75 años como más le gusta, en un escenario, mantiene la misma pasión y entusiasmo por la ópera que cuando empezó hace ya 59 años, toda una vida dedicada a un espectáculo, el lírico, que según reconoce es caro pero logra aguantar el pulso pese a la crisis económica.

En una entrevista, Plácido Domingo confiesa que no puede concebir la vida sin la música en general y la ópera en particular, y se define como un defensor "a capa y espada" de la zarzuela, un género que considera "grande" dentro de la música española.

Aunque ha cumplido "tres veces 25 años", como a él le gusta decir, mantiene un espíritu vitalista y para este trimestre tiene contratadas en su agenda actuaciones en Milán, Nueva York, Barcelona. Viena, París, Budapest, Miami, Los Ángeles y Madrid. Él lo considera una "actividad normal" porque está acostumbrado a ese ritmo.

"Tengo más años pero mantengo la misma pasión y el entusiasmo. Me encuentro bien de salud y no hay problema (fue operado de vesícula en octubre de 2015). Es una satisfacción y un privilegio dar lo mejor que puedo y hacer feliz a la gente", declara.

La ópera, "un espectáculo caro"

Pese a la crisis económica, la ópera, en su opinión, "tiene buen pulso, hay una enormidad de cantantes extraordinarios. El problema es que es un espectáculo caro y la economía juega un papel importante".

"El mundo va saliendo poco a poco (de la crisis), hay que tener prudencia", asegura el cantante y director, para lanzar a continuación un mensaje de esperanza: "Ya vendrán tiempos mejores".

Pese a esta difícil situación asegura que ve ahora más juventud en los teatros de ópera que hace años y se muestra esperanzado con que la tendencia se mantenga.

Cree que la ópera necesita "una combinación" de la ayuda institucional y del patrocinio de empresas privadas. "Se tendría que resolver de una vez el tema del mecenazgo para que la ayuda (que pudiera llegar a la ópera) fuera todavía mayor. Debería ser posible desgravar impuestos cuando hay personas que están deseando ayudar".

Considera "indispensable" promocionar más la zarzuela, el género con el que inició su carrera lírica: "En mis conciertos por todo el mundo incluyo zarzuela. Hay que seguir impulsando este género grande. La defiendo a capa y espada".

Desde que hace 59 años debutara en la zarzuela en la compañía familiar, Plácido Domingo ha interpretado más de 140 personajes distintos, una cifra que aumenta pues tiene pendientes para los próximos meses personajes verdianos como el marques de Poza de 'Don Carlos', Miller de 'Luisa Miller' y Renato de 'El Baile de máscaras', e incluso alguno de Donizetti.

"Hasta el momento son 147 personajes los que he interpretado, pero espero poder redondearlos a 150", asegura el cantante y director de orquesta durante una entrevista concedida antes de dirigir 'Sansón y Dalila' en el Palau de Les Arts.

Son muchos los personajes que le han dado "grandes satisfacciones", como Otello (de Verdi), Cavaradossi ('Tosca', de Puccini), don José ('Los Cuentos de Hoffman', de Offenbach), Seigmund ('La valquiria', de Wagner), Sansón ('Sansón y Dalila', de Saint Saëns) y Canio ('Los payasos', de Leoncavallo).

Pero también los ha habido ingratos: "Los hice porque era necesario pero no me resultaban tan simpáticos", como el duque de Mantua de 'Rigoletto' y algunas partes de "óperas modernas que eran difíciles y con personajes que no eran tan positivos".

Con afabilidad y la caballerosidad que le caracteriza asevera, no obstante, que ha sido mayor el porcentaje de los personajes "maravillosos y extraordinarios" que le han dado "muchas satisfacciones".

Cumpleaños en Valencia

Ayer, a punto de cumplir 75 años, cogió la batuta y, desde el foso del Palau de les Arts de Valencia, dirigió una producción de 'Sansón y Dalila'. "Quise culminar este cumpleaños, el llegar a tres veces 25 años, en el escenario".

También valora haber sido dirigido por los mejores directores de orquesta, como Kleiber, von Karajan, Muti, Mehta, Abbado, Levine y Solti, y españoles como López Cobos, Frühbeck de Burgos o Heras Casado. "He tenido la suerte de tener siempre un gran director en el podio".

Con la perspectiva de una larga trayectoria que todavía tiene muchas etapas que completar, es concluyente: "La música y la ópera son parte de mi vida. No concibo que se pueda vivir sin ella. He sido afortunado de estar en el escenario y de interpretar personajes de toda índole. Vives en otro mundo y vuelves a la realidad cuando termina la función".