El juego de palabras lo realizó el propio Ramón Tebar (Valencia, 1978), que recordó que se fue de la ciudad «hace mucho», más de diez años, «y al final llegué». Como el título de un aria de «Aida», «ritorna vincitor», bromeó. «Eso ya es un triunfo, un sueño», afirmó. Y «Aida», señaló, es «la ópera ideal para el regreso». Tebar ha tenido que hacerse un nombre al otro lado del Atlántico para que las instituciones valencianas se fijaran en él. Es director de la Palm Beach Symphony y de la Florida Grand Opera. También de la ópera de Naples, en el mismo estado norteamericano, y dirige el Festival de Santo Domingo, en la República Dominicana. Para alguien que procede de una familia sin tradición musical y que empezó como pianista del Cor, cada ensayo hoy «es un sueño». a. g. valencia