Los días de concierto son siempre más tranquilos en la vida inquieta de Lang Lang, un virtuoso del piano y un fenómeno global de la música clásica que no rehúye otras experiencias vitales siempre que no afecten a su faceta profesional. Ahí puede situarse sentarse al piano al lado de Metallica o, como hace unos días, visitar al futbolista Neymar en su casa y darle cuatro consejos porque hace sus pinitos con las teclas. Y en ese afán por popularizar la música clásica está también su programa de hoy.

«Es lo más especial que hace en su gira española, al margen de los recitales, por tiempo que le dedica, energía e impacto mediático», asegura su agente en España y parte de Europa, Enrique Subiela.

Lang Lang compartirá esta tarde (17.00) su experiencia y sus conocimientos con dos alumnos valencianos de piano en una masterclass abierta a público que se celebrará en el Oceanogràfic. Será la primera vez que se siente ante un piano en un acuario.

Ximo Rovira conducirá el acto organizado por Levante-EMV en colaboración con la fundación del pianista. El presentador estará acompañado por el profesor de piano Juan Lago.

Mar Valor (Valencia, 2000) y Rubén Morcillo (Valencia, 1996), estudiantes del conservatorios José Iturbi y Joaquín Rodrigo, respectivamente, tendrán veinte minutos de clase cada uno con Lang Lang.

Junto al compromiso del artista chino, de 33 años, con la educación, este concibe este tipo de acontecimientos como una forma de proyectar la música clásica a otros planos y subrayar su componente lúdico y comunicativo.

En esa línea, Lang Lang estará ya durante la mañana en el acuario valenciano para participar en los actos de apertura del nuevo Oceanogràfic, ahora bajo la gestión Avanqua.

Interpretará varias piezas en la sala de los tiburones. Entre otras, la incluida en la banda sonora de la película Los odiosos ocho, compuesta por Ennio Morricone y ganadora del Óscar de este año. Será la primera vez que la toque en vivo después del premio.

En total, serán cerca de seis horas en el Oceanogràfic. Por la tarde, al terminar la masterclass, le espera un avión privado pondrá fin a suso dos días en Valencia y le trasladará hasta Oviedo, la última parada de su gira española, que comenzó hace diez días.

Así vive una estrella mundial que pasa más de 300 días al año viajando. Para no perder el centro de gravedad, su familia le acompaña. Su madre, en concreto.

Lang Lang es hoy lo más cercano a una estrella pop en la música clásica. Genera reacciones similares en el público. Es reconocido en las calles de medio planeta, buscado por famosos, que quieren conocerlo y estar en alguno de sus conciertos atraídos por el fenómeno que representa, por la certeza general de que es un acontecimiento que no se pueden perder.

Ese ambiente diferente se respira también en los conciertos de Lang Lang. Los auditorios reciben público del considerado poco habitual, incluidos niños y jóvenes. Existe cierto jolgorio ante la expectación que levanta el pianista y el momento se vive de manera especial. Todo bastante alejado de lo convencional de la música clásica.

Luego está el piano. Su compromiso con el virtuosismo no cambia. Algunos puristas discuten su gestualidad y protagonismo social, la calidad está fuera de dudas.