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Crítica musical

Las arias como punto flaco

«La Pasión según san Mateo»

palau de la música, 11 de marzo

Director. John Eliot Gardiner. Músicos. Solistas, Coro Monteverdi y Solistas Barrocos Ingleses. Obra. de Bach «La Pasíón según san Mateo».

Como drama, La Pasión según san Mateo de Bach consta básicamente de cuatro componentes: el relato, a cargo principalmente del Evangelista (tenor) y Cristo (barítono); el elemento lírico y contemplativo, provisto por las arias; la meditación de la asamblea de fieles en los corales, y los coros que comentan los acontecimientos resaltando su significación con potencia a veces inmensa. Como hace once años, el punto flaco de la versión de Gardiner fueron las arias, es decir, los solistas vocales.

No es este el único caso pero sí uno de los más conspicuos en los que se aprecia una sustancial diferencia entre los elencos que aparecen en las grabaciones discográficas y los que luego actúan en los auditorios: los primeros espadas únicamente acuden a las plazas de primera. La nuestra debe de ser de aquellas en las que las arias se asignan a coristas que, llegado el momento, hacen como sus prácticas de doctorado.

La excepción a la regla suele traerla el papel del Evangelista, para el que quien se lo puede permitir suele contar con una estrella. Mark Padmore, el mismo que lo desempeñó en 2005, obtuvo un triunfo aún mayor por la superior madurez con que ahora ora se implicó en la historia ora se distanció de ella, siempre con sentido máximo de la oportunidad. Además, en el único recitativo y aria que le correspondió estuvo magnífico. Como Jesús, Stephan Loges rayó apenas un punto por debajo.

Como, además, los coros funcionaron mucho mejor que los individuos que de ellos se destacaban y esa fue también la altura a la que, incluidos los protagonistas de los obbligati, se movieron las orquestas, Gardiner pudo desplegar toda la sabiduría para la narración musical acumulada a sus casi setenta y tres años de edad. De ella disfrutamos mucho, pero de las solistas femeninas (el nombre de una de las cuales faltaba por cierto en el programa de mano) y del contratenor resultaría difícil recordar momentos particularmente felices. Y entre los cuatro bajos, sólo Ashley Riches y Jonathan Sells apuntaron maneras realmente interesantes.

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