Un torero histórico ante un día para la historia. Mente privilegiada. Cabeza de premio Nobel. Técnica superlativa. Infinito talento. El césar del poder y de la gloria. Cumbre del toreo clásico. Acaba de empezar su vigésimo séptima temporada como matador de toros por todo lo alto: Puerta grande en Castellón y lección magistral en Olivenza. Veintiséis años sin pausa asentado en la cumbre. Con tan solo dieciocho años tomó la alternativa en Valencia el 16 de marzo de 1990. El único diestro que durante diez temporadas seguidas, desde 1992 hasta 2001, ha superado los 100 festejos confiesa a Levante-EMV que «la manifestación es una reivindicación de todo lo que rodea a la tauromaquia. Defendemos la libertad de ir a los toros como siempre se ha hecho, reivindicando la importancia de la tauromaquia en España, tanto en sentido cultural como económico». El maestro continúa relatando el motivo de la reunión taurina: «El año pasado se hizo en Castelló, este año se celebra en Valencia porque es la feria más importante del principio de año. La manifestación es una forma de iniciar la temporada». Tiene una trayectoria sin paragón en la historia del arte de lidiar toros bravos. Sin precedente. Y muy pocos tienen tantas cualidades como él.

El matador de toros Enrique Ponce, uno de los valencianos más universales, declara que «el problema no es el antitaurino, sino el político de turno que quita los toros y cierra plazas sin ninguna potestad, arrebatando la libertad al pueblo», prosigue, convencido de que «ante los muchos ataques políticos queremos que se nos escuche, se nos tenga en cuenta y se nos respete como ciudadanos que somos. Los toros no forman parte de la política de este país. Antes no hacía falta una manifestación taurina pero siempre ha habido antitaurinos. La situación que se está viviendo ahora no es la misma que hace veinte años porque se utiliza el toreo como arma política arrojadiza para hacer daño, como por ejemplo ha ocurrido en Cataluña o en Bogotá. La mejor defensa del toreo se hace toreando pero ahora nos toca lidiar fuera de las calles también».

El torero asegura que «Valencia va a ser el centro neurálgico del toreo, además de que el ciclo fallero es uno de los más importantes del curso taurino porque los triunfos tienen mucha repercusión». También indica que «la Comunitat Valenciana es taurina por excelencia, es un estandarte en el mundo taurino porque es una de las comunidades a donde más toros viajan».

La manifestación, organizada por la Unión Taurina de la Comunitat Valenciana y la Federación de Bous al Carrer bajo el lema El toro: cultura, raíces y libertad de un pueblo, es una cita clave para apoyar esta pasión. Ponce argumenta que «la unión entre los bous al carrer y el toreo es notable porque solo tenemos el objetivo de defender el toro». E insiste que «en las fiestas de todos los pueblos de la Comunitat Valenciana el toro está presente de una u otra manera». El matador de toros pronunciará desde el balcón de la Puerta 16 de la plaza de toros una vez terminado el recorrido el manifiesto que será «claro y directo» además añade que «creo que me han elegido para que lo lea por lo que represento en el mundo de la tauromaquia y porque soy valenciano. Estoy muy orgulloso, será un día inolvidable».

«Los toros forman parte de nuestra historia, de nuestra cultura y de nuestra tradición», concluye el diestro, que torea el día de San José junto al francés con raíces valencianas Sebastián Castella y el toledano de Borox David Mora, un encierro de Núñez del Cuvillo. Él sigue creyendo que el mejor Ponce está por llegar y no piensa en la retirada, dice sentirse «eufórico» y estar en el momento más feliz de su carrera. Parece dispuesto a llegar, de momento, a los 30 años de alternativa. Ahora tiene 44 años. Toda una vida torera.