Uiso Alemany repite mientras sonríe que es un tipo afortunado, que las oportunidades le han llegado sin buscarlas. Hace más de diez años se le abrió la puerta del mercado brasileño, donde se ha consolidado, y en 2016 es China el país que llama a su puerta. El creador valenciano se acerca a los 75 años, pero no piensa dejar pasar la posibilidad de traspasar la muralla china y enriquecer su arte. «Me hace mucha ilusión descubrir un mundo nuevo que cambiará, seguro, mi obra», afirmaba a Levante-EMV poco antes de partir hacia Brasil.
El gigante hispanoamericano se ha convertido en su segunda casa. Empezó acudiendo como invitado. Hoy tiene estudio propio en Sao Paulo. En Brasil pasa unos meses cada año. Dice Alemany que este periodo es una forma también de desconexión de la realidad valenciana. Más después de los roces con el IVAM.
Después de las muestras en Sao Paulo y Salvador de Bahía, le espera, cuenta, «la sorpresa» de China. Tiene apalabrado transportar obra desde Valencia para otras dos exposiciones, en galerías de Pekín y Shanghai. «Querían que fuera en mayo, pero entonces tengo un proyecto en Lisboa».
La idea del autor valenciano es viajar durante el otoño próximo al país asiático y estar allí una temporada. Se muestra feliz por ello: «Trabajar en una atmósfera y en un idioma que no conozco nada es maravilloso». «Es una emoción nueva», añade ante la posibilidad de poder producir allí y realizar nuevas exposiciones además de las ya pactadas.
Es conocido el carácter nómada de Alemany, desde que a los 18 años dejó Valencia para una estancia de doce meses en Alemania que se convirtió en un viaje iniciático por media Europa.
Bélgica, Portugal o Arabia Saudí son otros países donde el creador, que tiene estudio en la huerta de Alboraia, ha presentado su obra. Está por ver aún si en 2017 el IVAM le dedicará una exposición individual. Forma parte de los compromisos de la etapa anterior.
