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Investigación

Desaparecen los documentos del empresario del caso IVAM al estar la sede asaltada

La UDEF se encuentra la nave abierta, con signos de vandalismo, papeles por el suelo y ni rastro de ordenadores y archivos - Enrique Martínez contrataba viajes y transportes al museo

Desaparecen los documentos del empresario del caso IVAM al estar la sede asaltada

La secuencia es la siguiente: Enrique Martínez es el único empresario imputado en el caso, la juez pide información de las sociedades con las que contrataba con el IVAM, el grupo de Delincuencia Económica (UDEF) de la Policía Nacional le informa que constan en liquidación desde 2012, la magistrada solicita al juzgado encargado del concurso dónde está la documentación y los ordenadores de las firmas, la sala de lo Mercantil responde que están en las naves de Bétera donde tenían su sede, los agentes se personan en el lugar y el relato de lo que encuentran dice así:

«Dicho inmueble se encuentra abierto, no existiendo impedimento alguno para el acceso al interior del mismo, con signos de vandalismo (pintadas, daños en paredes y en el escaso mobiliario) y a su vez se pudo comprobar que en dicho lugar había diversa documentación esparcida por el suelo, no encontrando ordenadores ni archivos.

Este es parte del contenido del informe que la UDEF realiza el 17 de diciembre pasado tras la visita de varios agentes a las instalaciones de Sakvitur SL, Valsatrans SL y Logística del Arte SL, las empresas de viajes y transportes a través de las cuales Enrique Bienvenido Martínez (Quique, según los testimonios) operó con el IVAM a partir de la llegada de Consuelo Císcar a la dirección (2004).

De acuerdo con la declaración de técnicos del museo, estas empresas no existían antes como contratistas de la entidad. Aparecieron, afirman, tras la llegada de Císcar y el cambio en los protocolos para el viaje de obras a exposiciones en el exterior, cuyo transporte pasó a costear el museo en una circunstancia anómala, dicen, en el panorama artístico.

La documentación forma parte del sumario del caso en el que están imputados la exdirectora, su equipo y el empresario citado, y del que Levante-EMV informa desde el domingo pasado.

Quique Martínez es el empresario que pedía al subdirector de Finanzas y hombre de confianza de Císcar, Juan Carlos Lledó, que le echara «un cablecito» con unas «facturitas». «Lo celebraremos con un buen ron», decía en un correo enviado en octubre de 2013 desde La Habana (Cuba) „su lugar de residencia actualmente, al parecer„ e intervenido por la UDEF, como publicó este diario el pasado lunes.

El grupo de Delincuencia Económica no podrá, por tanto, bucear en los papeles y los ordenadores de las empresas de Martínez. La situación ha indignado a la juez Nuria Soler. Esta, incluso, ha llegado a proponer al juzgado de lo Mercantil 2 la oportunidad de «depurar responsabilidades», en referencia al administrador concursal de las firmas.

No obstante, el titular de la sala ha desestimado adoptar de oficio la iniciativa. Argumenta que debería ser «alguna parte que se considerase perjudicada» la que motivara el inicio de una demanda de responsabilidad contra el administrador concursal.

Martínez es la única persona ajena a la gestión del IVAM sobre la que pesa la condición de investigado judicialmente. El resto de imputados „el término antiguo„ en el caso son Císcar y cuatro de sus subdirectores en el museo: el citado Lledó, Juan José Bría (Gestión interna), Raquel Gutiérrez (Exposiciones) y Norberto Martínez (Publicaciones).

En el punto de mira están los presuntos sobrecostes en las adquisiciones de arte, en las ediciones y en otros contratos de la década Císcar (2004-2014).

Martínez, según las informaciones recabadas por este diario, había trabajado ya con la esposa del exconseller Rafael Blasco en su etapa al frente del Consorci de Museus. Diferentes responsables de departamento del IVAM han atestiguado ante los inspectores de la UDEF la estrecha relación de Císcar con el empresario. La jefa del Registro del museo afirmó en su testimonio que la exdirectora «impuso» a su departamento que cuando se pidieran presupuestos para el transporte de obras se incluyera a Logística del Arte y que, luego, Lledó era el primero en ver las ofertas, antes de que llegaran a la funcionaria.

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