Antes de que el consejo rector del IVAM pasara en 2013 a estar dominado por cargos de la Generalitat en una operación de control de la gestión de Consuelo Císcar, este órgano se sustentaba sobre un grupo de autoridades del arte, como el exdirector del Reina Sofía Tomàs Llorens, el crítico Francisco Calvo Serraller y el experto uruguayo Ángel Kalenberg, junto a otros representantes de instituciones consultivas y académicas: Ricardo Bellveser, Felipe Garín y José María Lozano.
Los tres primeros percibieron un total de 100.000 euros entre 2009 y 2013 „el periodo del mandato de Císcar en investigación„ por ser comisarios de distintas exposiciones, según información oficial a la que ha tenido acceso Levante-EMV.
Tras el informe de Intervención de la Generalitat sobre su gestión y la posterior investigación judicial, la exdirectora argumentó que las líneas maestras de su actuación contaron con el respaldo del consejo rector. Ahora se sabe que algunos de sus miembros percibieron sumas notables por coordinar muestras del IVAM. Y la elección de comisarios, como recoge el sumario de la causa contra Císcar y su equipo, se basaba en el «criterio personal» de la exdirectora. ¿Cuestionan estos cobros la independencia de los componentes el consejo? Que cada uno responda.
Llorens, impulsor del IVAM, percibió 70.000 euros por tres exposiciones: Donaciones, De Gaudí a Picasso y Julio y Roberta González.
El hombre que gestionó la donación de Julio González fundacional del IVAM ingresó los pagos a través de la firma Nova Kiterea. Esta tiene como administrador único a Boye Llorens, hijo del experto, que figura como apoderado.
Llorens era además la autoridad independiente en la comisión de adquisiciones del museo y recibió también el encargo (de la época de Kosme de Barañano) del catálogo razonado de González. El museo le abonó por ello casi 146.000 euros entre 2003 y 2008, según Intervención.
El exdirector del Museo del Prado Francisco Calvo Serraller cobró en el periodo a investigación 24.000 euros por tres exhibiciones. Una de ellas (Arte español en la colección del IVAM), en Shanghai, costó 137.673 euros. El sumario recoge además que un hijo de este crítico fue jefe de gabinete de Císcar algunos años.
Ángel Kalenberg, exdirector del Museo de Artes Visuales de Uruguay y cuyos viajes al consejo costaron más de 7.000 euros, percibió 6.000 por una exhibición.
En la lista de comisarios figuran colaboradores frecuentes de Císcar, como Rafael Sierra (21.000 euros) y Fernando Castro (24.000). También el actual director del museo, José Miguel G. Cortés (26.000 por dos muestras) y uno de los subdirectores de Císcar investigados, Norberto Martínez, cobró 6.000 euros por una muestra.
