Se define a sí mismo como «poliédrico» y «profesional» en todo lo que hace. Hasta en el amor. Mario Vaquerizo presentó ayer en Valencia su último libro, Vaquerizismos, unas «minimemorias», como él dice, y en el que plasma su particular „y positiva„ forma de ver la vida, que no concibe sin reírse de sí mismo.
Tengo que hacerle la pregunta obligada: ¿Qué son los «vaquerizismos»?
Es un nuevo «ismo» para la vida moderna. No es una religión porque imponen dogmas y yo paso de dogmas. Es una filosofía de vida en la que prima tener actitud, la que sea. En mi caso es tratar de ser buena persona, que lo que quieras para ti quererlo para los demás. También es ser desprejuiciado y acabar con la tiranía de lo políticamente correcto. Además, un auténtico vaquerizista se reirá de sí mismo desde que se levanta hasta que se acuesta, aunque eso no quiere decir que no te tomen en serio. Yo creo que cuando estás feliz estás más guapo. Por mi carácter me cuesta enfadarme y estar de mal humor, aunque a veces es inevitable, sobre todo en el plano laboral, en el que yo soy muy germánico.
Este libro parece más personal. ¿Hay más del Mario de casa o del que vemos en la televisión?
Me dicen que en este libro parezco más serio, que no se ve lo mismo que en la tele. Solo conoces a una persona cuando convives todo el día con ella. Mi mujer y mi familia me conocen muy bien. No soy ningún actor, sería muy incómodo hacer un papel las 24 horas del día. Intento ser lo más profesional pero no doy nada que sea ajeno a mí. El público no es tonto y sabe cuando alguien hace un papel. Gracias a Dios y a mi esfuerzo, me gusta todo lo que hago y rechazo lo que no me gusta.
Habla, entre otros temas, de la fama. Yo le veo cómodo...
La llevo muy bien. A mí la fama me ha venido dada, no era un fin. Me vino por ser marido de Alaska, después representante de Elsa Pataky, después cantante de Nancys rubias,... Desde 2011, con el programa Alaska y Mario se descubrió lo que es Mario Vaquerizo. Esa fama la he aprovechado; no tengo complejos ni prejuicios. Si vas por la calle y te piden fotos tienes que hacértelas. Si quieres ser anónimo no sean futbolista, ni actor,... Yo soy un obrero mediático.
La fama conlleva críticas. ¿Cómo las encaja?
Bien. Cuando uno está muy seguro de sí mismo y con casi 42 años lo que digan los demás está de más. Tienes que tener claro lo que piensas de ti mismo. A toda la gente a la que no gusto y que me consideran un mamarracho, les agradezco su buena educación. Sin embargo, no me gustan los comentarios que se vierten en los foros que, basados en el anonimato, difaman y por ahí no paso.
En su libro también trata el amor. ¿Cómo es Mario Vaquerizo en este terreno?
Muy profesional (risas). Llevo 16 años con Alaska y estamos muy bien. Y no hay ningún secreto porque estamos hablando de sentimientos no de matemáticas. Tienes que estar a gusto, tener respeto y seguir sintiendo atracción por la otra persona. Eso no significa que no discutamos; pero dejemos de jugar a episodios de Corín Tellado y novelas románticas porque nadie muere de amor. Si nos recuperamos de cosas tan traumáticas como la muerte de un ser querido, ¿no nos vamos a recuperar de una ruptura? La experiencia así me lo he demostrado, aunque yo me he casado con la que prácticamente ha sido mi primera novia. Antes tuve cuatro o cinco pero fueron juegos absurdos.
Próximamente le vamos a ver en el concurso de Telecinco «Levántate all stars» con Alaska. ¿De donde saca el tiempo?
Querer es poder. Pero hay que llevar una vida muy ordenado y dormir una media de siete horas al día e ir al gimnasio que, además de dejarte un cuerpazo increíble es genial para la mente, te oxigena mucho. Todo el mundo debe preocuparse por su salud y por verse guapo. Si no llevas un orden y el sentido común como lo que rige tu vida estaríamos perdidos. También hay que saber desconectar. Mi problema es que cuando desparezco una temporada estoy desando volver.
