Las fallas, pero también los maduros bailongos, los cantantes de toda época y condición y los que buscaban un filántropo. Todos perdieron ayer a Vicente Ramírez. Un nombre común y un apellido común, pero que bastaban para saber que se trataba de «el de la Sala Canal». Uno de los personajes de la sociedad valenciana más conocidos y entrañables. Ayer, su, en los últimos años, deteriorada salud, dijo basta. E inmediatamente las redes sociales se llenaron de mensajes de condolencia, de simpatía y de dolor. Vicente Ramírez, era y es un símbolo de muchas filias.

Vicente Ramírez cultivó la canción como aficionado. Inconfundible con su sempiterna expresión «Maestro, ¡música en el aire!», que muchas veces quería decir que el técnico de sonido pusiera la música pregrabada. Movía el micrófono con soltura, ejecutaba su inconfundible giro de 360 grados y se ponía a cantar. Y aunque cantó de todo, se le recuerda por ser el cantante de las fallas. Ahí encontró su espacio.

Pocos artistas pueden presumir de tener una pieza tan conocida y reconocible como «Valencia en Fallas». Esa que decía que «si quieres encontrar luz y color, si buscas ilusión para animarte, si sueñas con hallar un nuevo amor, un buen consejo a ti yo voy a darte: ven a Valencia sin tardar, porque sus fallas te van a embrujar».

Nadie hizo elogio alguno de la calidad de la tonadilla en cuestión porque, seguro, no la tenía. Ni le hizo falta vender discos (los regalaba). Lo que contaba era el símbolo. Todos la tarareaban al acabar la «mascletà» y todos la bailaban. Tanto, que hubo que vencer algunas resistencias a que, en las últimas fiestas, Bajoqueta Rock estrenara una versión actualizada que contó con la anuencia de su anterior intérprete.

Ramírez le cantó también al artista fallero (el Gremio le concedió el Ninot d’Or por este motivo), a la mujer fallera («bendita seas»), a la Ofrenda, a la Crida, a la «mascletà» (con letra de Donís Martín) o al mero hecho de Ser Fallero («es vivir durante un año trabajando por la fiesta»). Incluso para dar la bienvenida a las fallas era capaz de recitar sin trabarse los nombres de toda suerte de poblaciones valencianas («de Borriana o Castelló; de Segorbe o de Sagunt; de Chiva, Xelva o Requena»). Unos temas que se estrenaban tras unas cenas con las que invitaba a las comisiones de falla. Cantaba el tema y, al acabar, señalaba las puertas de emergencia, que se abrían en ese instante para quemar una «mascletà» en el aparcamiento ante el asombrado auditorio.

No es de extrañar la simbiosis con las fallas: éstas encontraron en la Sala Canal su escenario ideal para celebrar presentaciones. Sus dos escenarios se llenaban, de octubre a febrero, en jornadas dobles.

Nadie ponía en duda que en el escenario «teatro», el himno de la Comunitat Valenciana se cantara mientras una figura de la Virgen de los Desamparados descendía entre luces intermitentes. La Junta Central Fallera celebró y sigue celebrando actos allí, especialmente el concurso de «play back».

No sólo de fallas vivió la sala Canal, ese escenario que sacó de la nada y que ha sobrevivido a las crisis que acabaron con tantos locales de ocio. Visionario a la hora de adaptarlo a los tiempos, ora para la juventud, ora para la tercera edad. Por sus cuatro escenarios pasaron, artistas como Peret, Conchita Bautista, Paquita Rico, Rumba Tres, José Vélez, Francisco o Noelia Zanón.

Y, por supuesto, los bailes, con incitaciones bien pensadas como «Manténgase en forma bailando en la sala Canal» o «baila en pleno Parque Natural de la Albufera y déjate llevar». Las parejas que acuden todos los fines de semana a bailar son auténtica comunidad.

El ayuntamiento, a través de la concejalía de Cultura Festiva, se apresuró ayer a anunciar que habilitará una jornada de la Feria de Julio para rendirle homenaje. Se buscará espacio en uno de los pabellones para recordar sus más conocidos éxitos.

También se sumó la concejal de Ciudadanos, Amparo Picó, destacando esa adscripción al mundo de los artistas. La Federación de Ocio, Turismo, Juego y Actividades Recreativas de la Comunitat Valenciana lamentaban ayer su fallecimiento y destacaban « su inmensa humildad y apoyo a todo acto benéfico que se desarrollaba en nuestra ciudad».