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Entrevista

Miguel Ángel Villena: "Ana rompió aquel estereotipo de la izquierdista fea, antipática y mal vestida"

«Me costó mucho convencerla, pero no se puede escribir una biografía de una persona viva sin su colaboración»

Miguel Ángel Villena: "Ana rompió aquel estereotipo de la izquierdista fea, antipática y mal vestida"

El libro está escrito con la colaboración de Ana Belén, pero con la absoluta responsabilidad de Miguel Ángel Villena (Valencia, 1956) y, según cuenta, con absoluta libertad. Una biografía que se lee bien, imprescindible para sus fans, pero singular porque aporta detalles del que ha sido la cultura popular española del último medio siglo.

El libro es un reivindicación de la figura de Ana Belén. ¿Por qué ahora, cuando sigue en activo?

Pretende mostrar una panorámica de la cultura en España desde los años sesenta. La actriz y cantante figura en el libro como hilo conductor de un retrato de generación.

Ana Belén como mito de esa generación.

Sin duda alguna, Ana desde que debutó tanto en el cine como en la música siendo una niña, no ha dejado de ocupar un papel de primer plano. Ella aspira a envejecer como María Dolores Pradera o Katherine Hepburn. Es decir, en un escenario.

Sobre la reivindicación de la Transición. ¿Un aviso a los que la obvian o la esconden?

Está claro que el momento presente de España no puede comprenderse sin la Transición, con sus aciertos y con sus errores. No puede reducirse a interpretaciones simplistas o maniqueas como ahora pretenden algunos que creen que han inventado la pólvora.

¿Nunca le perdonaran a Ana Belén ser guapa y de izquierdas?

Ana rompió aquel estereotipo de la izquierdista fea, antipática y mal vestida. El arco que abarca desde mitos, como Dolores Ibárruri, siempre enlutada y seria, a una artista guapa y alegre, explica los inmensos cambios durante la Transición.

¿Cómo explica la larga trayectoria de una niña precoz?

Por el talento, la constancia y un trabajo muy profesional. Ana siempre destaca la suerte que ha tenido de conocer a personas que influyeron mucho en su carrera como el director teatral Miguel Narros, fallecido hace unos años; o el propio Víctor Manuel con el que se casó en 1972. O actores de la talla de Agustín González o Berta Riaza.

Me ha sorprendido la cronología de la vida laboral de Ana Belén. Aunque hace más de diez años que desapareció de la gran pantalla.

Su desaparición del cine obedece, sobre todo, a la crisis de la industria cinematográfica y a la falta de buenos papeles para mujeres maduras. Ahora ha tenido un papel en La reina de España, la secuela de La niña de tus ojos, que ha dirigido Fernando Trueba. En España resultan excepcionales los casos de artistas tan versátiles como Ana.

¿Le motiva más el teatro y la música?

Ella disfruta tanto con la música como con la interpretación. Ha ido compaginando unas facetas y otras, sin una planificación determinada. Ana considera que la verdadera talla de un intérprete se mide en las tablas. La música le encanta, aunque se reconoce incapaz de componer una canción.

¿Qué música le gusta?

El jazz, los ritmos cubanos y brasileños, la música pop, los boleros€ Entre sus cantantes favoritos están Billie Holliday, Pablo Milanés, María Dolores Pradera o Chico Buarque. Algunas colegas como Concha Velasco han contado en más de una ocasión que Ana Belén se pasa el día cantando, en cualquier momento y lugar.

¿Ha sido difícil bucear en la vida de una artista tan celosa de su intimidad?

Me costó mucho convencerla porque tenía una mezcla de pudor y de modestia. En cualquier caso, tenía claro que no se puede escribir una biografía de una persona viva sin su colaboración. Ella me concedió unas cuantas entrevistas, pero además he recogido testimonios de una veintena de amigos, compañeros y familiares, he visto todas sus películas y he escuchado todos sus discos.

¿Algo que le hubiera gustado contar y no ha podido?

No he tenido censuras ni autocensuras. He tenido acceso a su casa, a sus camerinos y a sus conciertos detrás del escenario. Es más, en algunas ocasiones, Ana no sabía que yo estaba asistiendo a un ensayo. Ha habido una confianza mutua y, quizá no he contado algunos aspectos que me parecía que traspasaban la frontera de la intimidad a la que cualquier persona tiene derecho.

¿Todavía tengo que acudir a Carmen Alborch para poder cenar con ella?

Carmen Alborch sigue siendo una buena amiga de Ana. La anécdota que cuento en el libro de la petición de Alfredo Pérez Rubalcaba a Carmen para que le presentara a Ana resulta muy ilustrativa del interés y la admiración que despierta la artista entre mucha gente.

¿El secreto de su relación «biótica» con Víctor Manuel?

Hablé de esa relación con ella, con él y con varios amigos cercanos de la pareja. Todos coincidieron en una receta fácil de explicar, pero muy difícil de aplicar: admiración mutua, respeto y crecer juntos. Además, Víctor me dio una clave que resulta básica en una pareja de artistas: no competir entre ellos, sino colaborar.

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