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Entrevista

Ara Malikian: "Dejar morir a los refugiados a las puertas de Europa es lamentable"

El artista, que actuará en Valencia el 11 de septiembre, cree que «ayudar es un deber» y donará un euro de cada entrada

Ara Malikian: "Dejar morir a los refugiados a las puertas de Europa es lamentable"

Con tres o cuatro años su padre le empezó a dar lecciones con el violín, de ahí su talento. Ara Malikian (1968) encara un verano repleto de conciertos por toda España. Un euro de cada entrada de las últimas citas, entre las que se incluye Valencia el 11 de septiembre, irá destinado a la labor de Acción contra el Hambre en los campos de refugiados. El proyecto «15 con los refugiados», que hoy presenta en Valencia, le ha llevado a visitar un campo situado en la frontera de Siria con el Líbano y a ver las condiciones en las viven más de un millón de personas en el país árabe. Cree que ayudar a quien lo necesita «es un deber, una cosa natural» y asegura que sus conciertos son «un viaje musical».

¿Cómo surge la idea de colaborar con Acción contra el Hambre?

Yo ya colaboré con Acción Contra el Hambre hace tiempo, en un proyecto en Armenia y ahora siendo consciente de la gravedad de la situación de los refugiados en Líbano queríamos hacer una campaña.

Con 14 años abandonó el Líbano por la guerra. ¿Cómo fue?

Fui refugiado y sé lo que se vive. Me fui del Líbano a Alemania y la verdad es que recibí ayuda: me permitían estudiar y luego trabajar. Hoy en día los refugiados no tienen esto. De hecho en el Líbano en principio no pueden estar, lo permite un acuerdo con el gobierno; en el momento en el que las ONG dejen de ayudar o se tome otra decisión política no se sabe qué pasará con ellos.

¿Cómo le han influido en su vida sus orígenes diversos y haber pasado por varios países ?

Yo considero que este ha sido mi aprendizaje más importante. Los primeros meses en Alemania fueron muy difíciles porque no conocía ni la cultura, ni el país, ni el idioma. Desde entonces he tenido la suerte de viajar muchísimo y ahora mismo vaya donde vaya consigo sentirme a gusto. Eso se nota en mi trabajo; aprovecho mis viajes para conocer músicos de otras culturas, países, géneros...

¿Qué le diría a los políticos europeos que discuten sobre números o cuotas mientras las personas se juegan la vida?

La posición de Europa es lamentable. Dejar morir a las puertas de Europa a los refugiados sin aceptarles, sin recogerles, sin darles ayuda... Europa se está comportando de forma muy poco humana. Hay un acuerdo con Turquía para «mandarles» a su país de origen. Algunas de las personas que han huido están consideradas traidores en sus países, ¿cómo van a volver?

Ha estado en un campo de refugiados en la frontera de Siria. ¿Cuál es la situación?

Es muy duro ver a esas personas allí esperando saber qué va a pasar con su futuro. Consiguen sobrevivir gracias a la ayuda de ONG como Acción contra el Hambre y por ellos tienen agua limpia y alimentación. Pero el problema no se acaba ahí, el problema es qué va a pasar con los refugiados y darles una solución para que tengan futuro, para que los niños puedan estudiar, para que los adultos trabajen... y no dependan de las mafias, a quienes les piden préstamos.

¿Qué papel tuvo la música en este viaje?

Cuando llegamos, al principio los adultos nos recibieron con poca confianza porque íbamos con cámaras, con coches... En el momento que coges un instrumento te acercas más, especialmente con los niños, que son muy curiosos... vinieron a jugar, a ver qué era el violín. Con la música siempre hay una manera de acercarse y un lenguaje común y también gracias a la música podemos concienciar a la gente.

La música es un lenguaje común, dice, pero otros discursos fomentan el odio y asocian a los refugiados con el terrorismo...

Sí es uno de los problemas más grandes. Europa parte de la campaña que habla de los refugiados es para decir que entre ellos llegan terroristas; todo es falso. Hay millones de refugiados y el 99 % son honestos y han trabajado.

La opinión pública debe darse cuenta de que los refugiados no son una amenaza; son personas que dejan su país, su trabajo, su familia, su casa... porque están amenazados, no vienen a molestar; no tienen otra opción porque escapan de la muerte.

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