Sumar todas las voces posibles en casa, incluso las del sector crítico con la actual gestión, será el paso previo a buscar el consenso con el ministerio de Cultura, titular en definitiva del Museo de Bellas Artes de Valencia. Esos son los pasos fijados por la conselleria de Cultura para poner en marcha la maquinaria del cambio de modelo en la pinacoteca valenciana. La importancia está en los plazos y tiene su carga simbólica: se realizarán esas jornadas de debate a la vuelta del verano (en la conselleria barajan septiembre), y allí se presentará a la ciudadanía el futuro del centro.
Así lo confirman fuentes de la administración a este diario, añadiendo que en esas jornadas se tratará de contar con la representación de las instituciones involucradas en el museo, desde el propio ministerio de Cultura hasta la Real Academia de San Carlos; también con críticos e historiadores del arte externos, se apunta, para recopilar el mayor número de perspectivas y concluir el diseño definitivo del Bellas Artes a expensas de lo que diga Madrid.
De momento se conocen las líneas maestras de lo que pretende la conselleria de Cultura, plasmadas en un borrador al que solo le falta pulir algún detalle. «Todo pasa por establecer un marco jurídico propio de acuerdo con la importancia del museo», reiteran en la conselleria. Lo que se persigue, en concreto, es un consorcio en el que figuren la Generalitat y el ministerio y cuyos estatutos fijen la presencia de la Academia de Bellas Artes «y de otras instituciones» en los órganos de gobierno del museo.
En paralelo a la ordenación jurídica discurre la cuestión económica: quién financia el museo y cuánto aporta cada una de las instituciones que lo sostiene. Actualmente el Bellas Artes ni siquiera cuenta con una partida propia en los presupuestos de la Generalitat.
La figura del director
El pasado viernes finalizaba el plazo para la presentación de candidaturas al puesto de director del museo. Según ha podido saber este diario, a la conselleria habrían llegado al menos dos solicitudes además de la del propio Casar Pinazo, director actual, quien previsiblemente consolidará su puesto al frente de la pinacoteca. Sin embargo, desde Cultura insisten que, pese a que la plaza del nuevo rector no será interina, su cargo será «provisional». El motivo se encuentra en el mismo borrador de los nuevos estatutos del centro. En ese documento se establece cómo debe ser elegido el nuevo director del Museo de Bellas Artes, que según Cultura sería a través de un concurso público al estilo del de otras instituciones como el Consorci de Museus o CulturArts, extrayendo el cargo del cuerpo de la Administración.
Tan importante es, subrayan desde la conselleria, la forma de elegir al nuevo responsable como las atribuciones que tendrá. En este sentido, recuerdan que el margen económico del actual director es escaso y que se limita a lo que contiene la caja fija, destinado a tareas de mantenimiento del centro.
Todas estas cuestiones empezarán a cobrar una nueva dimensión a partir de septiembre después de que se hayan perfilado los flecos del borrador. En él ha trabajado un grupo en el que figuraban el secretario autonómico de Cultura, Albert Girona; la directora general de Patrimonio, Carmen Amoraga; y Casar Pinazo. Con ese documento se acudirá a Madrid para tratar de llegar a un acuerdo con el ministerio de Cultura para renovar el convenio vigente desde 1984.
