¿Cómo fue «Madroñito», el toro indultado en Santander?

Fue excepcional. En el campo ha demostrado una enorme nobleza. Comía pienso de la mano, se venía a los vehículos y algunos visitantes incluso llegaron a acariciarle. Pensaba que no iba a embestir porque no se arrancaba, pero cuando se metió en la pelea fue siempre a más.

¿Ha tenido otro ejemplar con esa tranquilidad?

No a ese nivel.

¿Qué le pareció su comportamiento en el caballo?

El toro romanea en el primer encuentro. Tuvo la suerte de ser picado muy bien por Juan Bernal, que le receta al toro dos varas, tirándole el palo como se ha hecho toda la vida. Cuando le hemos curado tenía los dos puyazos en el mismo agujero.

¿Por qué mereció el indulto?

Las principales virtudes, a parte de la raza y de humillar, fueron su transmisión y repetición. En los primero muletazos se revolvió con codicia y atosigó a «El Cid» hasta que consiguió atemperarlo. Como aficionado también me gustó que peleara en los medios. El animal termina con el morro totalmente negro de tanto arrastrarlo por la oscura arena de Santander.

¿Cómo se encuentra el toro?

Perfectamente. Le hemos practicado tres curas más y no presenta ningún problema. Tuvimos la suerte de que en Santander estaba el veterinario José Antonio Zúñiga, que nos ayudó en cuanto acabó su lidia a meter al toro en un antiguo cajón de curas, a quitarle las banderillas y a desinfectarle las heridas.

¿Cuál es la reata de «Madroñito»?

Por vía materna hay un «Madroñito» en Teruel el año 1997, al que le corta las dos orejas Manuel Caballero, que es de la misma bisabuela que el toro indultado. Por parte del padre es nieto del toro que me indultaron en Añover de Tajo. He lidiado un hermano suyo en Soria, muy encastado que no bravo, que lo mató mi sobrino Martín Escudero y también el primer toro de Alicante de Manuel Escribano, que fue tardo pero cuando se arrancaba iba con todo.

A propósito de Escribano, se le vio muy afectado tras su grave cogida en Alicante€

La fiesta es muy dura, nunca queremos que lleguen esos momentos pero siempre están presentes. Mirad la desgracia de Víctor Barrio. Escribano le hace una faena extraordinaria y en el momento final el toro le cornea para matarlo. A mí me cogió un toro en el campo y no me mató de milagro. Siento mucho el grave percance porque estaba en un momento impresionante. Además, es un tío encantador, me ha llamado por teléfono, estaba deseando reaparecer en Santander. «Madroñito» era para él y le tocó al compañero que fue a sustituirlo.

¿Cómo valora la actuación de «El Cid», cuya temporada está siendo muy irregular?

No atravesaba un buen momento y los toros no le embestían. Pero el oficio, la clase y la categoría no se pierden y le hace un faenón al toro de principio a fin. Los naturales de «El Cid» no son nada nuevo, ha toreado con la mano izquierda sensacionalmente a muchos de nuestros toros.

Los toreros crecen si lidian ganaderías de más encastes. ¿Está de acuerdo?

Estoy totalmente de acuerdo. El toro tiene su forma de embestir y el torero debe adaptarse al toro y no a la inversa. Los toreros, antaño, iban a las ganaderías a torear las vacas para saber cuál era el comportamiento de los toros.

Muchos aficionados quieren la ganadería de Adolfo. ¿Por qué hay algunas figuras que no la matan?

Si algunas figuras no la matan están en su derecho. Hace dos años Miguel Ángel Perera mató la corrida de Madrid y salió a hombros. Mi ganadería, en estos momentos, está embistiendo una barbaridad. Lo demostró en Valencia y en muchos sitios. Lo demostró la temporada pasada, que fue muy completa.

¿Qué destacaría de la corrida de la pasada Feria de Fallas?

Tuvo nobleza, pero le faltó fondo. Hay un toro que me gustó mucho, el cuarto de la tarde, al que no se le trata bien.

¿Cuántos «Aviadores» tiene en la ganadería? En Fallas lidió hasta cuatro ejemplares con ese nombre€

Un empresario y apoderado famoso me preguntó que cuántos «Aviadores» tenía y le contesté que más que en Iberia. Es una familia muy buena y amplia. Se repiten porque el hijo o la hija siempre llevan el nombre de la madre. He llegado a tener 60 vacas con el nombre de «Aviadora», pero ahora he ido cambiando nombres para que no se parezcan tanto. Las dos familias más numerosas de mi ganadería han sido la de los «Madroñitos» y de los «Aviadores», que es una familia que da toros con buenas cualidades para el torero.

No se nos olvida «Aviador», número 9, lidiado en tercer lugar por David Esteve en marzo de 2013€

Fue un toro que se llevó todos los premios. En Valencia he echado toros muy buenos. También recuerdo un «Monerías» que lo mata Javier Castaño y que resultó muy bueno y un «Madroñito», con casi seis años, que lo torea David Esteve, que también fue extraordinario.