El festival de Cullera cerró ayer su tercera edición con 145.000 asistentes, más del doble que en la pasada edición. La dirección del Medusa Sunbeach mostró su satisfacción por el éxito de participación así como la falta de incidentes, ya que califican de «anécdota» la jornada de lluvias que obligó a desalojar el campin. «El reto de este año era proporcionar a los asistentes una experiencia nunca vista en España», asegura Andreu Piquera, portavoz del festival,en referencia a la voluntad de la organización de emular otros festivales electrónicos internacionales como el Tomorrowland, realizado en Bélgica. Aunque el consistorio aún no ha realizado una valoración, hace un mes ya cifró el impacto económico del festival sobre la localidad en 10 millones de euros. j. r. gimeno cullera