El músico y agitador de conciencias franco-español Manu Chao, acompañado por su nuevo proyecto musical, La Ventura, le cantó anoche al pueblo saharaui, a los refugiados y a la esperanza en el Rototom Sunsplash, que por primera vez en sus 23 años de historia ha colgado el cartel de "no hay entradas".

Un frenético concierto en el que se escucharon los temas más populares del cantante en su etapa en solitario, con Mano Negra, Radio Bemba y ahora acompañado por La Ventura, que abarrotó el escenario principal del festival reggae más importante de Europa.

La presencia de Manu Chao ha sido sin duda la que más expectativas ha despertado en la presente edición del Rototom Sunsplasn, que se celebra del 3 al 20 de agosto en Benicàssim.

Las colas kilométricas en la carretera N-340, el colapso de tráfico en la localidad y el aparcamiento completo se han coronado con la necesidad de dejar de vender entradas a primera hora de la noche, pues el aforo estaba ya completo.

Es la primera vez en los 23 años de historia del festival, que llegó a Benicàssim desde Italia en 2010, que se cuelga el cartel de "no hay entradas" en una edición que, bajo el lema 'Reggae for Freedom', ha reunido a artistas como Damian "Jr. Gong" Marley, Alborosie, Macaco o Israel Vibration además de acoger debates y conferencias, talleres y actividades para todos los públicos.

Tras dos destacables conciertos en el escenario principal de Tarrus Riley Ft. Dean Fraser, Alain & Black Soil Band y de Biga Ranx, a las 00.15 le llegó el turno al nombre más esperado.

Acompañado por el músico español Mr. Wilson, Manu Chao y La Ventura iniciaron un frenético concierto con "Mr. Bobby", enlazada con "Cinco razones".

El legendario músico sacudió literal y constantemente su corazón con el micrófono para marcar el ritmo de las canciones y acompasar el salto de los miles de asistentes.

Lanzando constantemente la premisa: "Pase lo que pase, sea lo que sea: Próxima estación Esperanza", combinó como siempre los ritmos ska, reggae y rumberos, sembrando energía y felicidad en el público.

Para Manu Chao, es "hora de pasar a la acción contra la corrupción", así como de cantarle al pueblo palestino con "Clandestino", acompañado en el escenario con niños y mujeres saharauis que, como dice la canción, vagan "solo con mi pena, sola va mi condena. Perdido en el corazón de la grande Babylon".

Pero también es tiempo de cantarle a "todos los ahogados en el Mediterráneo" y de proclamar "la vergüenza de Europa".

En las más dos horas de concierto se produjeron unos bises que parecían no acabar nunca ante la insistencia del público y en los que tuvieron cabida canciones como "Welcome to Tijiuana" o el incorruptible tema de Mano Negra "Mala Vida".

No olvidarán los asistentes la noche de ayer, en la que todavía pedían más a Manu Chao cuando ya se había corrido la cortina negra que marcaba el final de las actuaciones en el Main Stage.

El recinto siguió repleto de gente reponiendo fuerzas en sus restaurantes de todo el mundo -caribeño, jamaicano, griego, japonés, tailandés y un largo etcétera- y con una programación musical que se extendió hasta bien entrada la madrugada.

En la Dub Academy, el rey de la noche fue el veterano selector británico Jah Shaka, donde recreó la magia de sus sesiones londinenses.