El matador de toros Curro Díaz ha sido el triunfador de la última corrida de la Feria de la Virgen del Mar al cobrar una oreja de cada uno de los dos victorinos que le cupieron en suerte. El torero de Linares supo aprovechar el buen pitón izquierdo del segundo de su lote, al que toreó al natural con mucho temple y donosura. Destacó en un cambio de mano muy torero que fue subrayado con un gran ole por el graderío. El Victorino fue un ejemplar bien presentado, con más cuajo y arboladura que el que abrió plaza, al que Curro entendió a la perfección y pulseó su enorme nobleza, así como la escasez de fuerzas que lucía el burel.

Por su parte, Román Collado cortó la oreja del que cerraba plaza y feria. El público almeriense pidió con fuerza la concesión del segundo trofeo, pero el presidente declinó la petición y el valenciano hubo de conformarse tras una faena con el denominador común del temple y con muy buenos pasajes por el pitón izquierdo ante un ejemplar con raza y transmisión. Anteriormente, se había jugado el tipo con el complicado tercero, al que le aguantó una enormidad en la que llegó a ser volteado sin que afortunadamente se lamentaran mayores consecuencias. Solo el mal manejo de los aceros impidió que el valenciano cobrara mayor premio y saludó una ovación al finalizar la lidia del complicado astado.

Finalmente, Galván compuso una emocionante faena al segundo lugar, un ejemplar que desarrolló cierto peligro a medida que avanzaba su lidia. Tanto fue así que en las postrimerías de la faena, el Victorino derribó al de San Fernando y lo volteó desde el suelo y le pegó una tremenda paliza de la que se repuso el chaval para , después de un pinchazo y una estocada, cortar una oreja. Salió el torero infiltrado de la enfermería y se las vio de nuevo con un complicado Victorino con el que anduvo suficiente, pero tras el fallo con los aceros, saludó una merecida ovación.