Fruto de una casualidad, Tavernes de la Valldigna ha llevado a cabo un hallazgo prehistórico que se suma al yacimiento de Bolomor y que consolida el término vallero como una de las zonas más interesantes desde el punto de vista del hombre antiguo.

En este caso se trata de varias pinturas rupestres halladas en una zona de abrigo que mide unos cuatro metros de ancho por uno de largo con una profundidad escasa y que da muestra de unas pinturas realizadas en el Neolítico. El lugar donde han aparecido las pinturas es en la zona de Castellets, englobada en la montaña de les Creus.

La casualidad quiso que una de las integrantes del grupo de arqueólogos que trabaja en la Cova del Bolomor, Virginia Barciela, se desplazara el pasado mes de agosto a una zona que desde el ayuntamiento se quiere recuperar, como es una fortificación en la zona de Castellets, y se encontrara con pinturas rupestres datadas hace más de 8.000 años, es decir, pertenecientes al periodo neolítico. Esos trazos esquemáticos suponen las figuras humanas más antiguas halladas en la Valldigna.

En palabras de la técnica responsable de estos hallazgos, se trata de unas pinturas encuadradas en el arte rupestre esquemático con trazos rectilíneos de dos figuras humanas que tienen unos diez centímetros de altura. Ahora, una vez se consigan los permisos necesarios se iniciará el proceso para poder eliminar la suciedad que se ha añadido con el paso de los años y la huella de los agentes atmosféricos, de manera que será más sencillo poder apreciar estas obras prehistóricas. «Es casi un milagro que se hayan conservado. Hallazgos como este nos sirven para reivindicar los trabajos de campo. En esta era de la tecnología no podemos olvidar el origen de nuestro trabajo, que radica en esas prospecciones, puesto que nos permiten hallazgos de este tipo y continuar la investigación», recalcó la investigadora.

Las pinturas pasarán a denominarse como el yacimiento número 220 de la provincia de Valencia y, según señaló Barciela, se trata de las primeras halladas en el espacio comprendido entre los cauces de los Júcar y Serpis, lo que denota, según la arqueóloga, «la importancia de este hallazgo en una zona, como la de Tavernes, era un paso de la población que llegaba desde el mar hasta el interior». La propia Barciela fue más allá y abrillantó la trascendencia del hallazgo para el municipio: «Espero que con este descubrimiento la Valldigna pasará a ser de nuevo un símbolo para conocer esta historia antigua, y es posible lograr este objetivo si creemos, no sólo los profesionales, sino también ayuntamientos como este, que ha apostado por la investigación», subrayaba la especialista.

Para presentar estas pinturas rupestres y pedir a los ciudadanos que sean respetuosos con su conservación, ayer acudió a Tavernes el secretario autonómico de Cultura, Albert Girona, quien estuvo acompañado del alcalde, Jordi Juan, el concejal de Turismo, Josep Llácer, y la propia arqueóloga descubridora.

Girona señaló que los próximos pasos serán la visita de técnicos de Generalitat para «catalogar e incluir en el patrimonio natural de la Comunitat Valenciana estas muestras del denominado arte rupestre esquemático», y remarcó que la Valldigna «es una zona privilegiada con un patrimonio debemos poner en valor desde las diferentes administraciones pese a los escasos recursos de que disponemos».

El concejal Josep Llàcer quiso señalar que desde el consistorio de Tavernes se está trabajando hoy día «en varios proyectos para hacer de la Valldigna un referente cultural avalado por nuestro rico patrimonio natural y convertirlo en un recurso turístico y que atraiga a visitantes».