Una portada recreando el universo de Blade Runner anuncia que otro de los jerarcas de Hollywood se ha sentado en el diván de Pau Gómez. Ridley Scott: sueños de un replicante (El búho de Minerva), es la última obra del periodista y doctor en comunicación, presentada ayer en El Colmado de la Rivera en compañía del dibujante Paco Roca.

No es que el autor de Alien o Gladiator sea un director fetiche para Gómez, es que quiere abrirlos en canal a todos: ya lo hizo con Fincher, con Nolan o con Spielberg, este en su tesis doctoral. «Pero con Scott es imposible meterse en su intimidad, tiene puesta un armadura y en sus entrevistas, de hecho, no habla de él, solo de sus películas»,cuenta el escritor. Se refiere Gómez a la vocación de «artesano» del cine que acerca a Scott a directores clásicosque recorrían todos los géneros, «alquilados» por las grandes productoras antes de que Coppola, Scorsese y toda esa generación reivindicara la importancia del apellido en Hollywood.

Pero el cineasta británico que debutó con Los duelistas «carece de una obra homogénea y eso lo hace fascinante», enfatiza Gómez. «Ha sido capaz de conseguir obras maestras y tocar fondo varias veces», abunda el ensayista, quien se queda con Blade Runner como gran joya del cine scottiano, mientras que La teniente O´neil sería un buen exponente de sus grandes fiascos. Todos y cada uno de sus títulos son escrutados, con su intrahistoria, en el libro de Gómez. Al verse incapaz de encontrar una línea continua de pensamiento en las obras del autor de Alien, el investigador optó por indagar en sus éxitos y cada fracasos.

«Se considera el mejor director del mundo y si una película no sale bien es siempre cosa de otros», subraya el autor del ensayo, en una única pincelada de la personalidad del cineasta. Por otro lado, Gómez ha descubierto, incluso a través de declaraciones de actores como Matt Damon, que Scott «descuida a los intérpretes, por eso se rodea de estrellas». Pero por encima de los vicios del director, Gómez subraya una virtud: «Logra planos prodigiosos incluso en sus peores películas».

Tras la experiencia con Scott, en la agenda de Gómez aparecen cineastas como Eastwood o Scorsese esperando cita para consulta.