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Entrevista

Nach: "Ya nadie pregunta qué es el hip-hop"

«Pasarme al libro me ha servido para bajar las pulsaciones. El rap exige estar en pie de guerra y a veces agota», reflexiona el artista

Nach: "Ya nadie pregunta qué es el hip-hop"

Hubo una generación de adolescentes que pasaba horas de recreo traduciendo las letras de Eminem y repitiendo los versos de Nach o de Violadores del Verso, como poseedores de un universo único y completamente nuevo. Esos muchachos, dice Nach, ya no necesitan preguntarle a un rapero qué es exactamente el hip-hop al inicio de cada entrevista. «Abrimos las puertas de par en par», apunta quien ahora se sale de esa autopista para sentir la «libertad» de la poesía simplemente escrita.

¿Es una manera de postularse al Nobel sin polémicas?

(Ríe). La verdad es que yo solo me planteo hacer algo por una necesidad vital, de la manera más fiel posible. Tenía una serie de cosas enjauladas a las que creía que no iba a poder dar salida con el rap. Por eso opté por un libro, porque creía que podía hacerlo bien.

¿Qué cosas?

Una serie de historias emocionales en mí que me creaban tensión, ansiedad, y que estaban desordenadas. Estaba un poco nervioso, me afectaban demasiado las cosas y la manera en la que he enfocado el libro me ha servido para hacer terapia. Sabía que si me enjaulaba con tempo, métrica y rima, lo que requiere el rap, no iba a poderle dar la libertad que necesitaba a estos textos, para desatar estos nudos.

¿No ha salido de un jardín para meterse en otro?

Más que obsesionarme o presionarme, el libro me ha servido para lo contrario. Quería utilizarlo para bajar pulsaciones, para mirarme en el espejo. En otros momentos de mi vida no hubiera salido un libro con la densidad o la intensidad de este. Bienvenido jardín, lo he hecho sin presión.

¿El rap exige estar en pie de guerra con uno mismo?

Sí, exige superarte y buscar nuevas cosas que decir, nuevos juegos de palabras, renovarte constantemente. Es estar en pie de guerra de la manera más sana, pero requiere mucha energía. Después de 16 años de carrera tienes que seguir con el motor funcionando y a veces agota.

¿Lo está abandonando?

No, el rap es mi autopista. Me pongo delante del papel y sigo motivadísimo.

Usted pertenece a la generación que abrió el camino del rap en España. Ya son unos veteranos...

Esa época fue muy pura y excitante. Creamos nuestro decorado y es genial ver que has formado parte de la historia del hip-hop. He creado una base sólida que me permite mantenerme.

¿Creen que lograron que el género se haciera respetar?

Antes todos preguntaban qué es el hip-hop, ahora nadie lo pregunta. Hemos ayudado a mostrar qué hacemos de la manera más leal y digna.

Entonces también existía esa sensación de subversión por parte del público. ¿Eso ha desaparecido?

Puede que se haya perdido... Antes era la novedad. Yo, cuando iba al instituto éramos dos rappers, 800.000 rockers, tropecientos mil heavies y 50.000 pijos. Ahora todos los chavales escuchan rap. Hemos abierto las puertas de par en par. También es verdad que hay gente que va al instituto que escucha cosas que las veo muy radicales, o esas batallas de gallos en las que se ponen verdes. A veces me duele que no entiendan que el sentido de todo esto es competir para superarse.

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