¿Qué nos queda por saber?
La ciencia actual profundiza en muchas cosas, pero también abre otras puertas. Como está todo enfocado en el conocimiento del ser humano, desde la biología y la genética, es necesario aplicarlos a conocer mejor la individualidad de cada ser humano y de ahí plantear las nuevas facetas de la medicina. Debe basarse en afinar con lo que es específico de cada cual y plantear nuevas iniciativas para las nuevas patologías, que aún no existen.
¿Hablamos de una medicina de precisión?
Sí, porque aunque el genoma es único, cada vez vamos sabiendo más de las diferencias individuales y tratando de encontrar las bases de la enfermedad o propensión a contraerla que puede tener cada persona. Desde el conocimiento de esa individualidad se plantean términos como la medicina de precisión: Afinar tanto en el diagnóstico como en el tratamiento a partir de las circunstancias de cada cual. Pero no se trata de que haya un medicamento para cada cual.
Unido a la biomedicina está la bioética. ¿Dónde fijaría usted la línea roja que no se debe traspasar?
Defiendo una bioética que se base en la dignidad de la persona en todas las etapas de su vida, desde que la fase embrionaria hasta que muere. Dentro de ese planteamiento pueden darse diversos puntos de vista, de ahí la necesidad de encontrar un camino en el que los derechos estén perfectamente preservados y la ciencia se aplique de acuerdo con esa dignidad del ser humano. Y que antepone el derecho de la persona a las exigencias de la propia sociedad y de la ciencia.
¿Entrarían ahí las modificaciones genéticas para evitar enfermedades?
Hay quien plantea la reprogramación del ser humano modificando su dotación genética desde sus etapas embrionarias. Pero es importante identificarlas y exigir que la utilización de la ciencia sea acorde con los derechos y dignidad de todos. La terapia génica para curar enfermedades en una persona es admisible; pero lo que no es admisible es modificar la dotación genética desde la línea germinal y plantear procedimientos como la eugenesia —la mejora de los rasgos hereditarios humanos mediante diversas formas de intervención manipulada y métodos selectivos de humanos—, que en cualquier caso va a ser experimental. Y, por principio, no se puede experimentar con el ser humano como podemos hacerlo con los animales.
¿Hacia qué campos cree usted que va a avanzar la biomedicina?
Hay muchos territorios para mejorar la salud y encontrar mejores tratamientos y diagnósticos. Pero es el cáncer, y las enfermedades neurodegenerativas donde queda mucho recorrido tanto desde el punto de vista del conocimiento como de aplicación de nuevas y posibles terapias. Y se basarán tanto en medicina regenerativa y de células madre, como, dentro de la farmacología, en productos biológicos.
