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Acoso y derribo

«El pequeño poni»

teatro talía (valencia)

De Paco Bezerra. Reparto: María Adánez y Roberto Enríquez. Dirección: Luis Luque.

Cómo enfrentarse al hecho de que un niño sea insultado por sus compañeros? ¿Y si le hacen «vacío»? ¿Y si le pegan? ¿Cómo afrontar la situación de que un niño sea rechazado por el resto, sólo por hacer algo diferente? Paco Bezerra ha abordado en El pequeño poni el duro tema del bulling, pero también ha querido ir más allá en el texto y le ha dado una vuelta: al acoso escolar que sufre el niño hay que sumar la indiferencia del entorno adulto y, sobre todo, la presión de los propios padres. Bezerra explora el conflicto existente entre ambos progenitores, unas discrepancias obviadas durante años y que ahonda en las dudas y las diferencias que invaden a unos padres desbordados por la situación.

Es interesante el hecho de que el niño articule el montaje pero no aparezca en él de forma directa, pues es una manera más de acentuar su aislamiento. Se habla de él, pero nunca está presente; no se escucha su voz. Sin embargo, es llamativo que sí se muestre en las proyecciones, algo que le da un toque efectista al espectáculo, aunque sea innecesario. Los actores (María Adánez y Roberto Enríquez, este último fantástico), la tensión dramática del texto y el ritmo ágil que le ha conferido Luis Luque (director) son ingredientes más que suficientes para que el espectador se remueva en su asiento. Al público le llega sobradamente la sensación de soledad y el sufrimiento de ese niño con el texto, con la interpretación y con el ambiente: un espacio escénico frío y sin ningún elemento infantil (la escenografía es de Mónica Boromello) y una iluminación completamente aséptica (a cargo de (Juan G. Cornejo) nos trasladan a cualquier estancia neutra más que a un hogar. La obra aborda un tema complicado y áspero, pretendiendo hacer una reflexión sobre todos los implicados en una situación de acoso y las posibles respuestas. Quizás aquí se ha hecho demasiado hincapié en las diferencias de Luismi, cuando en realidad la controversia puede ser cualquiera: llevar gafas, ser gordo, flaco, alto, bajo€ Al igual que la mochila, el carácter de Luismi es sólo una excusa.

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