El tiempo se ha agotado para La Gallera. El próximo día 31 el Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana dejará de ser el inquilino de la particular galería de arte de la calle Aluders, que cerrará hasta que otro llame a su puerta.

Ya lo advirtió el director de la institución, José Luis Pérez Pont, el pasado mes de agosto. La decisión surgió „y Pérez Pont mantiene„ de «la necesidad de repartir los recursos en todo el territorio».

Fue, más tarde, a finales de septiembre cuando, el responsable del organismo interprovincial dejó entreabierta una puerta a la continuidad de La Gallera: encontrar un patrocinador, una suerte de mecenas con el que hacer frente a los gastos y que permitiera mantener su actividad artística. Sin embargo, tras distintas reuniones a lo largo de estos meses con instituciones públicas y entidades privadas „«hemos hecho gestiones de todo tipo», aseguró ayer Pérez Pont a Levante-EMV- el Consorci deberá entregar las llaves de la sala a finales de año.

Los intentos desde el Consorci por mantener la sala como espacio expositivo llevaron, incluso, a Pérez Pont a ofrecer una fórmula 50 %-50 % a aquella entidad que hubiera querido compartir el espacio. En 2015, como recordó Pérez Pont, la sala supuso un gasto de 108.000 euros, con un alquiler de cerca de 40.000 euros. Y aunque aún quedan once días para que finalice el contrato de alquiler entre el consorcio y los propietarios del inmueble, Pérez Pont lamentó que «hemos perdido la esperanza» de encontrar un mecenas. El también responsable del Centre del Carme explicó, no obstante, que „si los presupuestos lo permitieran„ no descartarían volver a retomar la actividad en el mítico espacio, eso sí, con algunas condiciones respecto al estado de la sala. En este punto, señaló que el edificio requiere algunas mejoras para evitar filtraciones de agua „como ya se ha dado el caso, apuntó„ y una revisión de la instalación eléctrica.

Por su parte, los propietarios del espacio, la familia Martín Rivera, avanzaron a este periódico que, una vez resuelto el contrato de arrendamiento con el Consorci, volverán a colgar el cartel de «se alquila». «Naturalmente». No obstante, todavía no han recibido ninguna oferta:«no iniciaremos nada hasta que no se resuelva el actual contrato y nos devuelvan las llaves», dijo Rogelio Martín Rivera, quien apuntó que la familia solo piensa en alquilar y que por el momento no se plantean la venta del inmueble. «No tenemos ningún interés en vender, no hay ahora mismo ningún motivo; es un edificio que perteneció a nuestros antepasados», justificó. En cuanto al futuro uso del espacio, Martín Rivera señaló que, aunque le gustaría que se mantuviera como contendor artístico, «esto ya no depende de nosotros, sino del interés de nuevo inquilino». Respecto a la cuantía del alquiler, el propietario apuntó que «en esta vida todo se puede hablar». Recordó que anteriormente ya hubo una rebaja y que «también puede haberla ahora». Sin embargo, Martín Rivera quiso dejar claro que también «se paga mucho IBI urbano».

El domingo fue el último día que el visitante pudo pasear entre el arte de La Gallera. Se clausuró El rayo verde, de Fermín Jiménez Landa, la última exposición que ha albergado este edificio industrial del siglo XIX „que un día sirvió para las peleas de gallos„ y que se había convertido en uno de los contenedores artísticos más originales de la ciudad, debido a su fisionomía. Según fuentes del Consorci, por la muestra han pasado 780 personas desde su inauguración el pasado 30 de septiembre.

Así, en mitad de las tormentas que azotan estos días la Comunitat Valenciana, es también un rayo, el de Jiménez Landa, el que echa la aldaba a La Gallera tras cerca de 20 años de actividad.