Desde la casa natalicia (en la ya desaparecida calle de Jabonería Nueva, 8, al principio de Barón de Càrcer) hasta instantáneas en París y Argentina, y momentos de su vida en Valencia. El bibliófilo Rafael Solaz muestra en El Corte Inglés de Pintor Sorolla (planta sexta) algunas de las muchísimas imágenes que posee de Vicente Blasco Ibáñez. Una iniciativa que se adelanta a todos los actos programados por el 150 aniversario del nacimiento del periodista, escritor y político.

La muestra recoge primeras ediciones, fotografías, libros dedicados, folletos y objetos del escritor valenciano más universal. Destaca una primera edición de 1882, junto a las fotografías con distintos pasajes de su vida y su amistad con el sedero Sanchis. Solaz además expone alguna de sus joyas bibliográficas blasquistas. Como la primera edición de La araña negra, una novela folletinesca contra los jesuitas escrita en 1892. O un ejemplar de Entre naranjos, publicada en 1900, dedicado por el propio Blasco a su amigo Pi y Margall, que fue presidente la Primera República. Así como un libro de La maja desnuda dedicado por Libertad Blasco, seguramente tras la muerte de su padre.

Destaca, asimismo, una parte de la colección de las obras de Blasco Ibáñez con tapas de seda que realizó su amigo, el maestro sedero Eduardo Sanchis. Libros que fueron utilizados en algunos homenajes realizados por los republicanos valencianos al que fue su líder. Para hacerse una día de la popularidad de Blasco, Solaz expone el libro homenaje con más de 12.000 firmas en recuerdo del cuarto aniversario de su muerte, coincidiendo con el traslado de sus restos a Valencia organizados por su partido PURA (Partido de Unión Republicana Autonomista) en 1932.

Arco de triunfo

«En Valencia no se puede salir a la calle sin el permiso del señor Blasco Ibáñez y de sus amigos», aseguraba un diputado carlista de principios del siglo XX. Fue diputado en siete legislaturas, con centenares de mítines, escribía todos los días en su periódico Pueblo y además despuntaba con sus primeras creaciones literarias.

En una de las fotografías elegidas por Solaz se puede ver a Blasco Ibáñez en un mitin en la calle Barraca del Cabanyal abarrotado de público. Pero hay otra que explica mejor la capacidad que tuvo para ser profeta en su tierra. Un arco de triunfo, una instalación que en la época solía reservarse para la visita del rey, al principio de la calle la Paz para conmemorar una semana cultural.

La exposición, que permanecerá hasta el 26 de febrero, también muestra imágenes de «Blasco en el cine» cedidas por el estudioso vasco Luis Gasca, que fue director del Festival de Cine de San Sebastián.

A la presentación del catálogo que acompaña a la exposición de Rafael Solaz, acudió la concejala de Cultura, Glòria Tello, y la directora de la Casa Museo Vicente Blasco Ibáñez, Rosa Mª Rodríguez Magda.