Tras días de expectación, el diseñador italiano, referente de la alta costura, Valentino Garavani presentó ayer la cita cultural más chic del año. La Traviata, que se estrena mañana en España en el Palau de les Arts, supone el debut del italiano en la producción lírica, junto a su socio Giancarlo Giammetti.

Los dos estuvieron ayer en el coliseo diseñado por Santiago Calatrava para presentar el esperado montaje de Giuseppe Verdi, creado para la Ópera de Roma, donde ya se estrenó la pasada primavera. Estuvieron acompañados por el intendente de Les Arts, Davide Livermore; el director musical de esta obra e invitado principal de Les Arts, el valenciano Ramón Tebar, y por Plácido Domingo, quien en esta versión de La Traviata dará vida y voz a Giorgio Germont. Estuvieron también presentes el cuerpo de artistas, entre ellos los protagonistas de la obra: Marina Rebeka, soprano que interpretará a Violetta Valéry, y Arturo Chacón, que será Alfredo Germont.

Valentino se mostró «feliz» de estar en Valencia, una ciudad „ dijo„ que «me suena romántica, donde la música es algo muy importante», al tiempo que alabó el diseño del propio teatro, que calificó como «un ejemplo extraordinario de arquitectura moderna».

«Belleza española»

Pero si en algo se deshizo el mago de la alta costura fue en la «belleza española», concepto que defendió. «La mujer española es de una belleza increíble». Incluso dijo comprobarlo al pasear por la calle cuando hace dos años celebraron en Madrid el cumpleaños de Giammetti. Y el diseñador fue más allá. Recordó que el rojo, el color que le ha caracterizado durante toda su extensa y exitosa trayectoria se debe precisamente a España. «Cuando tenía 18 años viajé a Barcelona por primera vez y vi a muchas mujeres vestidas de rojo».

Valentino explicó además que para él La Traviata es una ópera «muy especial», «la primera de todas». El modisto rememoró que hace años vio por televisión una versión en la que Violetta, la protagonista, vestía con un impermeable. «El vestuario tiene que hacer bella a la cantante, no vestirla con trajes ridículos». «No creo que una ópera como esta se pueda representar de cualquier manera», apostilló el diseñador.

Por su parte, Giammetti, también productor de esta versión para la Ópera de Roma y que el jueves estrena Les Arts „con «mimbres de lujo», como dijo Livermore„, explicó que fue Plácido Domingo la primera persona que les llamó para que presentaran este montaje en Valencia. El tenor y barítono se encontraba con Davide Livermore por la celebración del 200 aniversario de El barbero de Sevilla y ahí surgió la idea. «En Valencia me siento como en casa; mi responsabilidad es artística, llevo aquí desde el principio, y con Davide se podía pensar en hacer la producción y aquí están los resultados», señaló Domingo.

«La gran joya» de Verdi

El artista resaltó en conjunto la grandeza de Verdi pero destacó La Traviata como «la gran joya». «Es una obra con la que he convivido durante 50 años», explicó, en alusión a su participación en distintas versiones. La mayoría de ellas como Alfredo, testigo que ahora cede a su «hijo artístico», Arturo Chacón, al que ha apoyado y apadrinado desde sus comienzos.

En cuanto a la dirección escénica, Valentino y Giammetti no dudaron en proponérselo a la cineasta Sofia Coppola, explicaron ayer. Aunque la directora de cintas como Lost in translation no pudo estar ayer en Les Arts por motivos de agenda „se encuentra preparando su próxima película„ quiso enviar un mensaje por vídeo: «Me emociona que La Traviata viaje ahora a Valencia», señaló la directora y ahora regista, quien añadió que ha intentado hacer a los emblemáticos personajes «tan naturales y reales» como le ha sido posible.

Giammetti avanzó, además, que tras el éxito cosechado en Roma han surgido varias «propuestas» para llevar a cabo más espectáculos de este género. Dado el «amor» que Valentino siente por la ópera y el ballet, su socio durante más de 50 años ha considerado probable que se embarquen en nuevas iniciativas.

Por su parte, Ramón Tebar aseguró que es un «privilegio» ponerse al frente de la dirección musical de esta ópera, que en otras ocasiones ha contado en Les Arts con las batutas de Lorin Maazel y Zubin Mehta. «La música además de sonido es color y espero que el público pueda percibirlo en nuestra maravillosa Orquestra de la Comunitat Valenciana, el Cor de la Generalitat y el fraseo de los cantantes», explicó Tebar.