La curiosidad también se dio cita ayer en Les Arts para dar la bienvenida a celebridades, acostumbradas a ocupar páginas de papel couché. Muchos vecinos llegaron ya a las 19 horas, cuando daba inicio el «desfile» por el que iban a pasar los asistentes a la ópera producida por Valentino. «¿Que viene la Reina emérita? Tierra trágame, no me lo puedo creer». Así reaccionaban dos vecinas de Petrés cuando se enteraron en ese preciso instante que iban a poder ver a Doña Sofía en patio de butacas. Toda una experiencia para ser la primera vez que acudían a un espectáculo operístico. «Compramos las entradas hace cuatro meses para ver la famosa ópera de Verdi», la idónea, según ellas, para iniciarse en este género, aunque no esperaban este «revuelo», para el que se preparó un amplio dispositivo de seguridad.

Más experimentados fueron otros dos vecinos de la ciudad de Valencia, Antonio Mora y Juan Áñez, que ante la imposibilidad de hacerse con una entrada para La Traviata „están agotadas todas los pases de sus funciones„, decidieron acudir para ver llegar a los invitados. «Tenía que venir a ver esto. Cuando vivía en Madrid no me perdía ni los entierros», bromeó Mora, que se considera un gran amante de la ópera y de los asuntos relacionados con la socialité internacional.

Al exterior del coliseo de Santiago Calatrava también se acercaron otros curiosos que llevaban días planeando acudir a la alfombra roja para ver „especialmente„ a la Reina emérita. «Es una pena que no saquen más partido a Les Arts con eventos como este. Quién hubiera dicho que esta gente vendría a esta zona agrícola de la ciudad para un estreno así. Si Doña Sofía, Valentino o Monica Bellucci hubieran visto como era esta parte de Valencia hace años se quedarían pasmados», comenta un vecino de Quatre Carreres, que confiesa no ser un «apasionado» de la ópera por motivos económicos. «Solo hemos venido en la jornada de puertas abiertas. Nos encantó el interior del coliseo y soñamos con poder acudir a alguna ópera».

Algo muy diferente a lo que les ocurre a Araceli Antón y Nieves León, dos canarias aficionadas a la ópera que acudieron ayer por primera vez al coliseo valenciano, movidas por contemplar la fusión «del arte de Sofia Coppola y el de Valentino sobre las tablas». «Intentamos conseguir entradas para el estreno en Roma pero fue imposible. Es una suerte que los valencianos puedan acoger una ópera así, ya que da una gran proyección a la ciudad», aseguran.