El escritor Antonio Muñoz Molina dijo una vez que Max Aub «eligió primero ser español, y luego decidió ser exilado español». Su apego a la ciudad donde se crió -València- y al país donde aprendió a amar el teatro es de sobra conocido. Por ello, no es de extrañar que ayer muchos amantes de la cultura y el teatro español clamaran contra la retirada del cartel «Max Aub» de la entrada de la sala que mañana pasará a llamarse Nave 10, en el centro de creación contemporánea Matadero, dependiente del Ayuntamiento de Madrid.

La Fundación Max Aub de Segorbe -institución que preside actualmente su nieta Teresa Álvarez Aub- ha redactado una misiva a la que ha tenido acceso Levante-EMV dirigida a la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena, para transmitirle su pesar por el cambio de nombre, una decisión que nace, como asegura Álvarez Aub, del cambio de rumbo del centro cultural hacia el «ansia de vanguardia, ansias que Max Aub hubiera compartido ampliamente».

La institución, que pensaba aprobar el escrito ante el Patronato, se ha visto obligada a acelerar sus planes ante la inminencia del cambio de nombre, ya que el consistorio prevé aprobarlo en el pleno de mañana. De hecho, la aprobación coincidirá con la rueda de prensa que ofrecerá la delegada de Cultura y Deportes del Ayuntamiento de Madrid, Celia Mayer, y el director artístico de Naves Matadero, Mateo Feijóo, para presentar la programación de las naves 10, 11 y 12.

La primera es la hasta ahora llamada sala «Max Aub», y la segunda es la «Fernando Arrabal», que también perderá su nombre para denominarse Nave 11. El dramaturgo y pintor Fernando Arrabal (Melilla, 1932) envió ayer una postal dirigida a Manuela Carmena para reclamar la figura de Max Aub en la sala de Matadero. «Merecía su presencia en su amado Madrid», escribió el artista. Arrabal aseguró que cree que ambos han sido «purgados, fulminados y rematados» y que Max Aub fue «digno de los vetos y los despellejamientos de otros tiempos rotatorios de miopía». «La España de siempre de Concepción Arenal, Federica Montseny o María Pita no era ni es así», señaló.

El artista difundió la antigua postal a través de las redes sociales con la dirección del Ayuntamiento de Madrid. La imagen de la carta recuerda a La Cibeles, junto a la que ha escrito: «Por Max Aub... únicamente».

«No es un agravio»

El cambio de nombres fue decidido por el equipo que actualmente gestiona el espacio de titularidad municipal, formado por Mateo Feijóo, María José Manzaneque y Almudena Ávalos. Fueron elegidos a través de un concurso público el pasado mes de septiembre, junto a la valenciana Carme Portaceli, actual directora del Teatro Español, que se ha desvinculado de la programación de Matadero por primera vez.

Tal y como publicó El País, desde el equipo de Carmena aseguran que el cambio de nombre de las salas no debe entenderse como un «agravio» para estas figuras del teatro español, sino que únicamente viene dado por el cambio de rumbo del espacio, que vira ahora hacia la experimentación escénica. El espacio de cultura contemporánea cambiará también de nombre -junto a las dos salas- para pasar a llamarse «Naves Matadero: Centro Internacional de Artes Vivas».