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Crítica de música

Ellos son el futuro

Obras de Palau, Khatchaturian y Rachmaninov

palau de la música (valència)

Intérprete: Orquesta Filharmónica de la Universitat de València. Director: Hilari Gª Gázquez. Concertino: David Andreu.

Gran triunfo de público en la SFV con la actuación de la Orquestra Filharmònica de la Universitat de València, una formación fundada hace 22 años y que aporta una realidad cargada de presente y porvenir, gracias a los 80 jóvenes intérpretes comandados por el maestro Hilari García Gázquez. Algo impensable en nuestro panorama cultural del siglo pasado, a pesar de la ingente cantidad de instrumentistas de viento, madera y percusión y de las docenas de bandas existentes en la Comunitat Valenciana.

Ya tiene mérito recuperar la música escrita por un maduro Palau en 1936 para el corto de Cifesa, Valencia y sus flores (1940), con guión de Almela y Vives, dirigido por el madrileño Alfredo Fraile. La partitura evidencia la influencia francesa en sus estudios con Ravel y Koechlin, por la paleta de la instrumentación. Palau utiliza efectistas elementos folklorizados y alguna canción popular para ambientar las imágenes del documental. Hilari García dirigió con pulso, transparencia y autoridad a sus jóvenes músicos y hay que agradecerle este particular rescate.

Katchaturian escribió un importante catalogo orquestal en el que destaca sus ballet Spartacus así como su ópera La viuda valenciana, sobre la comedia homónima de Lope de Vega. Hilari García atinó eligiendo el ballet Masquerade, tan bien interpretado como disfrutado por sus músicos. Desde el inspiradísimo Waltz inicial hasta las tímidas disonancias del Gallop final donde flautas y violonchelos brillaron con precisión y magnífico timbre, pasando por el Nocturno que permitió al concertino David Andreu destacar por color, buen gusto y fraseo, sin olvidar el encanto global imprimido a la Mazurca o la misteriosa sensualidad del Romance. Posiblemente, una más comedida percepción de los volúmenes ayudarán a redondear su interpretación sin olvidar que menos es más.

Para finalizar el maestro de La Pobla Llarga, impuso una versión desbordante de la Sinfonía nº 2 en mi menor, de Rachmaninov, una obra monumental por duración en la que el autor ruso utiliza todo un arsenal instrumental (3 flautas, flautín, 3 oboes, 2 clarinetes en la y si b, clarinete bajo en la y si b, 2 fagotes, 4 trompas, 3 trompetas, 3 trombones, tuba, timbales, caja, bombo, platillos, glokenspiel y cuerdas). Hilari García hizo fluir, con economía de gestos - que no de medios-, dramatismo e intensidad en los 60 minutos de la obra permitiendo el protagonismo de las cuerdas, junto al corno inglés y bellísimos momentos de clarinete y oboe, para finalizar desplegando frases apasionadas en las que cualquier rachmaninoviano de pro percibiría momentos y armonías utilizadas por el compositor en sus conciertos para piano. Especial noche de grandes ovaciones, música, y futuro. Irán a más.

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