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Entrevista

Paco Camarasa: "Series como ´The Wire´ o ´Breaking bad´ han cambiado la novela negra para siempre"

«VLC Negra se ha convertido en la gran cita literaria de la ciudad, más allá de la Fira del Llibre», asegura

Paco Camarasa: "Series como ´The Wire´ o ´Breaking bad´ han cambiado la novela negra para siempre"

Conversar con Paco Camarasa (València, 1950) es hacerlo con una enciclopedia abierta de par en par. Eso sí, en ella, solo hay nombres propios de autores y personajes de la literatura negra, policiaca, enigma... Porque como dice este «eterno» librero, esta categoría literaria tiene tantos subgéneros como escritores. Hace casi dos años que Camarasa cerró su histórica Negra y Criminal, la librería de la Barceloneta que se convirtió en un referente nacional de este género, así como un lugar de peregrinación para escritores y editores. Sangre en los estantes (Destino) ha sido el libro donde lo ha contado todo. Desde sus güisquis con Philipe Kerr a sus debates con James Ellroy, que quiso comprar su librería.

P Los otros libreros se quejan de que no saben cómo clasificar su obra. Un manual de consulta, un ensayo.... ¿Usted qué dice?

R Bueno (ríe), si aún tuviera mi librería lo tendría fácil. Pondría el ejemplar en la «C» de Camarasa y ya está. Lo cierto es que no es ni un ensayo, ni una novela, ni una biografía. Trato de explicar el género a través de varios conceptos y autores. Ellos me llevan a desgranar los subgéneros, que son muchos, porque cada autor que escribe desde su territorio tiene una iconografía específica. Por ejemplo, los que escriben sobre Barcelona - como Vázquez Montalbán- hablan sobre locales y escenarios del Barrio Chino, Boquería... Lugares que realmente ya no existen. Han desaparecido, con la modernidad o con lo que sea.

P Como su librería.

R Así es. Era un lugar de parada obligatoria. Si no hubiera sido por su fama y reconocimiento, la librería habría cerrado 12 años antes, desde que se inició nuestra caída de ventas. Sangre en los estantes fue su testamento.

P Una muerte lenta.

R Como consecuencia del cambio del sector. Actualmente está muy dividido. Hay grandes empresas que hablan de cientos de miles de ejemplares, y las pequeñas que hablan de cientos. Siempre ha habido una migración de autores de las pequeñas editoriales a las más grandes. Es algo natural, ya que el escritor trata de dar la máxima difusión a su obra. Pero eso no quita que las editoriales más humildes tengan su público. Lo mismo ocurre con las librerías.

P ¿La solución está en especializarse?

R Sí. Pero hay que ser muy activos, dinamizando al lector. Las librerías tendrían que especializarse o bien en un tema en concreto, o en un tipo de cliente. Ese es el camino.

P ¿Cuál es el problema? ¿El hecho de que los lectores acudan a las grandes librerías generalizadas o que haya un bajo índice de lectura?

R Puede que España no tenga un buen índice de lectura en comparación con otros países, pero los lectores españoles son muy lectores. Es decir, que no consumen un libro al mes, sino cuatro. Es lo que suele leer un amante de la novela negra. Yo señalo otro fenómeno. Los lectores de verdad son personas muy curiosas, y con la moda del visionado de series, se han enganchado a plataformas audiovisuales. El tiempo que pasan estos lectores curiosos frente a series como «Breaking bad» es tiempo que no leen libros. El ocio se ha diversificado.

P ¿Lo considera algo negativo?

R Al contrario. Es algo bueno. En fin, es cultura. Yo mismo me considero fan de series como «El puente», una producción noruega. En cambio, no soporto la versión americana, «The bridge». No la veas. Prefiero las series de la BBC.

P ¿Cree que han tenido repercusión en el mundo de la literatura negra?

R Por supuesto. Series como «Breaking bad» o «The wire» han cambiado para siempre la manera en la que se escribe y se lee novela negra. Las dos son fantásticas.

P ¿Tal vez somos más cómodos?

R Sí. En general, el consumidor de libros se ha vuelto más cómodo, ya que directamente va a las grandes superficies. Con ello, es infiel a librerías de referencia. En el caso de la novela negra ha pasado algo curioso: el fenómeno Stieg Larsson. Hace 15 años, en las librerías de estaciones y aeropuertos casi no había novela negra. Ahora están llenas. La gente lo compra ahí y ya no van a otro sitio. Este género ha pasado de estar estigmatizado a ser una máquina de best-sellers. El objetivo de librerías como la mía era dignificar el género.

P ¿Hay un patrón común de escritores de novela negra?

R No, de hecho, los éxitos de ventas han hecho que se destruya esta imagen de la gabardina y la pipa. Cada autor tiene su aquel. En general son gente muy agradable, no están endiosados como otros escritores como Vargas Llosa, que tienen un aire academicista.

P Conoció a figuras de la literatura como Henning Mankel.

R Fue el tipo más raro que conocí durante todos mis años de librero. Todavía no sé si era tímido o antipático, pero cuando se enfrentaba a la audiencia se transformaba. Se quedaba con la gente rápidamente. En cambio, cuando no tenía que ponerse en ese papel, era muy huraño. Aprendí muchas cosas tratando con escritores, como por ejemplo que no le puedes ofrecer whisky irlandés a un escocés. Eso me lo enseñó Philip Kerr, que visita la presente edición de VLC Negra.

P ¿Cómo ha vivido el crecimiento del festival desde Barcelona?

R Yo sé lo que cuesta montar un festival, -como comisario de BCN Negra- y el de València lo tiene todo. Sus responsables han conseguido un programa fantástico en muy pocos años. El festival ha logrado ser la gran cita literaria de la ciudad, más allá de la Fira del Llibre. Los festivales de novela negra que se motaron para intentar que el género saliera del ghetto se han convertido en los grandes acontecimientos literarios de ciudades como València, Barcelona o Gijón.

P ¿Qué libro tiene ahora entre manos?

R Bajo los montes de Kolima de Lionel Davidson. Me está gustando mucho. Me lo recomendó Carlos Zanón. Aún me quedan muchos autores por descubrir. Lo próximo que lea será algo de Robin Cook.

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