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La vida alegre | 'Volver'

Además del tango de Carlos Gardel o la película de Almodóvar, hay una canción del gran Javier Labandón, conocido como El Arrebato, que dice «no quiero volver a verte, quiero verte volver, que es diferente». Y es que eso de volver se ha puesto de moda, aunque se trate de algunos que se han ido y han vuelto repetidamente, como ciertos toreros o los tres amigos de Tricicle. Ahora, el turno es de Moncho Borrajo, un viejo conocido nuestro, que estará del jueves al domingo próximos en el Olympia, quien vuelve tras varias giras de despedida en años anteriores. Su espectáculo lo ha titulado ¡Madre mía, cómo está España! Algo que ya sabemos de sobra, Monchito...

Volvió Manu Rodriguez a ser Nino Bravo en la final de «Tu cara no me suena todavía». Hizo un Mi tierra sensacional que le valió un segundo puestosiendo la mejor voz del certamen. Desencanto para los valencianos, que esperábamos con ilusión que ganaran el imitador y el imitado. Injusto vencedor Germán Scasso, escaso, insulso y con trampa, pues se dice que cierta editora de karaokes ofrecía devolver el coste de la llamada de votación por triplicado si el tal Germán, que trabaja para dicha empresa, ganaba los 30.000 euros. El mejor, sin duda, Cristóbal Garrido, impresionante como Chavela Vargas y Olga Guillot. El lado positivo es que, al fin, dejaremos de sufrir las gracias sin gracia de ese ridículo Ángel Llácer, auto erigido en protagonista absoluto no se sabe a santo de qué.

Y volvió a aparecer en televisión la antigua cantante Karina, Maribel para los amigos, y doña Isabel para los jóvenes de hoy día. Las nieves del tiempo blanquearon su sien y los años redondearon su físico. No está ese horno para bollos, y su aparición en Fantastic Duo no hizo más que confirmar la decadencia del programa. Un aplauso para Núria Roca por su esfuerzo en sacar adelante algo en lo que ni ella misma parece creer.

Volvieron los viejos rockeros valencianos a reunirse en el teatro Talía. Una decena de auténticas glorias de nuestro pop rock se encontraron englobados en la Fussion Band de Eduardo de Eduardo y los Rockeros de Emilio Solo. Hombres y nombres míticos de nuestra mejor música, pero en plena forma física que entusiasmaron a un público puesto en pie, recordando los tiempos felices de movimiento frenético, pero de calidad.

Fue en el espectáculo montado por la Casa del Artista, en el que también destacaron Reynaldo, un canario flauta; la pareja de baile de salón Marieta Romero y Jesús Condes, clásicos ellos; la Rosalinda más linda que rosa y la cantante de copla Arantxa Pons, que volvió a demostrar su gran dominio de las tablas. También gustó el grupo musical femenino Butterfly, auténticas mariposas, y Jaume Costa y Coral, la pareja de de Rompeolas, que llevan 28 resignados años juntos, hicieron de las suyas. Yaco Lara, presidente, dio las gracias por ese espectáculo triunfal que presentaron con maestría nada sorprendente Manoli Alba y el humorista Jesús Guillén, Yalas; pero no fue cosa de risa.

Volvieron al escenario del Olympia la pareja Bibiana Fernández y Manuel Bandera, con ese El amor sigue en el aire, arropados en esta ocasión por Alaska y Mario Vaquerizo, reclamo poderoso para llenar el aforo del teatro en las cuatro funciones representadas. Se trataba de una comedia musical, con canciones muy conocidas colocadas adecuadamente a lo largo del hilo argumental con música en directo. Alaska y Mario hacían apariciones esporádicas, pero muy ovacionadas, si bien los auténticos protagonistas fueron Manuel y Bibi, realmente extraordinarios, recibiendo todos juntos las aclamaciones de un público totalmente entregado. Queremos volver a verles y queremos verles volver... cuando quieran.

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