La bibliofilia es la afición amatoria por los libros, especialmente por los más curiosos, pero también estima aquello extraordinario que hay en ellos. El presidente de la Jerònima Gales, la Societat Bibliogràfica Valenciana, Rafael Solaz, anda siempre en busca de las joyas bibliófilas perdidas. Pero hace tiempo encontró algo que le llamó poderosamente la atención, un tablero de juego de damas minúsculo, cuyas dimensiones son 3 centímetros, y con unas fichas de 2 milímetros para sus mínimas 64 casillas (8 x 8 celdas). Como Rafael Solaz es un promotor de la tesis que defiende el origen valenciano del ajedrez moderno y del juego de damas, no dudó en adquirirlo. «Es una rareza más que tengo en mi colección», dice.
«Me lleve una sorpresa cuando una casa de coleccionismo de Alicante lo ofrecía como una 'miniatura'», relata en la coqueta Librería Anticuaria Rafael Solaz, de la calle Sant Ferran, que regenta su hijo. «Cuando comprobé las medidas me di cuenta que estaba ante una rareza. Después he comprobado que no hay otro más pequeño en el mundo, aunque igual puede salir alguno en países orientales, pero aún no está controlado».
«Al principio pensé que era un juego de miniatura que se hacía incluso para una casa de muñecas. No creo que se hiciese para jugar, porque necesitaríamos unas pinzas para mover las fichas y no sería práctico. Esto se hace como una curiosidad o por el auge del coleccionismo de miniatura», sostiene el experto bibliófilo.
Solaz ahora recaba más información y cuando tenga la certeza que es el juego de damas más pequeño del mundo, llamará a la puerta del Guinness para que queda constancia en el registro notarial global.
Mientras tanto, sigue buscando temas relacionados con el ajedrez y las damas, unas de sus grandes pasiones, principalmente en manuales vetustos. «De damas, dispongo de algún libro antiguo, del siglo XVII, pero juegos no había tenido nunca. Tanto es mi afición, que recientemente adquirí también otro pequeño, de un centímetro más, y de ese he encontrado más información, porque fue fabricado, o al menos comercializado en Barcelona».
La importancia de las damas en València viene de lejos, porque los primeros tratados sobre el juego se publicaron en el Cap i Casal.
«Marro de Punta»
«Hay un autor, librero y editor del siglo XVI muy conocido, Juan Timoneda, que imprime un tratado de juegos de las damas, según las investigaciones realizadas por mi amigo José Antonio Garzón, que publicó un estudio sobre este tema. El juego de damas se llamaba el ´Juego de Marro de Punta´ en la València del siglo XVI y XVII», explica Solaz. Ambos intentan demostrar la relación del juego de las damas con su origen valenciano, al igual que lo hizo del ajedrez el libro de Francesc Vicent en 1495, un incunable.
Tanto Solaz como Garzón han impulsado el Premio Internacional para la búsqueda del libro de Francesc Vicent Llibre dels jochs partitis dels schachs en nombre de 100, impreso en València en 1945.
Juan Antonio Garzón, que conoce este diminuto juego de damas, admite que es una rareza «nunca vista». Rafael Solaz ya prologó el libro de Garzón Luces sobre el Ingenio, una monografía que reproducen páginas de manuscritos de bibliotecas europeas, que apuntan a los orígenes valencianos de los dos juegos.
