Como espectáculo conmemorativo de sus 55 años sobre los escenarios, Els Joglars volvió ayer al Teatro Olympia de València con una reflexión sobre la trayectoria de los medios de comunicación y el paso de la era de la información a la del entretenimiento.

Con su obra «Zenit. La realidad a su medida» plantean un debate que se remonta al origen mismo del periodismo, el de la pluma y el cincel, las primeras cuartillas y las grandes letras de metal. Un debate sobre la pureza perdida que viene de largo, o al menos, desde que en el siglo XIX Hearst demostró lo fácil que es convertir la información en sensación y manipulación.

«Hemos querido plantearlo ahora», aseguraron ayer en la presentación, «porque aunque es una crítica vieja pensamos que con los aparatitos y las nuevas tecnologías se ha intensificado», afirmó Ramon Fontserè, miembro de la compañía desde 1983 y actual director. «Y no por las tecnologías», puntualizó la actriz Dolors Tuneu, sino «por su mala utilización».

La tiranía del entretenimiento

A través del sarcasmo y el humor que les caracteriza, plantean una crítica compleja que transcurre entre los entresijos de la era tecnológica, los intereses políticos, la dictadura de la publicidad y la búsqueda eterna del ansiado click al enlace de la web.

«Da más publicidad un tropezón de Putin que un artículo sobre su política con respecto a Ucrania», añadió Fontserè, para ejemplificar que estamos ante «la tiranía del espectáculo y el entretenimiento en la que los medios entran en el juego». Ante una sala llena de periodistas, el elenco quiso puntualizar que en esta situación no hay ni buenos ni malos, sino corresponsables. «Es una pescadilla que se muerde la cola, una responsabilidad compartida entre medios, profesionales y consumidores», destacó Joan Pablo Mazorra, actor. «Si no paramos esto», bromeó Fontserè, «un día veremos a Matías Prats dando las noticias en hula-hop».

El director será el encargado de encarnar al viejo periodismo, con su interpretación de Ramón, un periodista antiguo con el codo pelado de apoyarlo en el bar y las suelas gastadas de reporterismo. Por el contrario, Mazorra representará a un becario, que entra a trabajar con él y descubre que hasta los personajes míticos del oficio tienen las manos sucias.

Un canto a la profesión

La historia se teje entre música y metáforas, un distintivo del lenguaje especial al que acostumbra la compañía. «Con metáforas y canciones la historia entra más hondo en el espectador», aseguró Dolors Tuneu, que interpreta a una dura jefa de contenidos para la que la ética es, simplemente, «una molestia en los negocios».

Para poder realizar una crítica completa, se han basado en conversaciones sostenidas con periodistas y becarios españoles de diferentes medios. «La mayoría -aseguró Tuneu- empatiza con el mensaje de la obra», ya que es un «canto al periodismo». A ese que no busca el click, que no rinde cuentas en bolsa y que no se vende a ningún postor, ni siquiera, al lector.

Esta tarde, a las 19 horas, la compañía ofrece un coloquio de entrada libre en el que se proyectará «La Zarza de Moisés», un documental de Arancha Aguirre en el que muestra el proceso creativo de «Zenit», desde la primera idea hasta su estreno en Sevilla. A las 20.30 horas la cortinilla roja dará paso a la representación, que estará en València hasta el domingo.

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Els Joglars en el Teatro Olympia