Su paso por Madrid ha sido arrollador?
Las dos tardes en San Isidro significaron una apuesta importante y pude demostrar en la Corrida de la Cultura que mi triunfo en la confirmación de alternativa no era fruto de la casualidad. Fue una lástima no rematar el triunfo con la espada en esta última.
Es bueno que toreros jóvenes como usted asuman compromisos fuertes en el inicio de sus carreras como matadores de toros. La fiesta lo necesita.
El toreo evoluciona a una velocidad de vértigo y a los recién llegados se nos exige como si fuésemos figuras. Hay que alcanzar un gran nivel desde el principio para ocupar los puestos de privilegio; no es la situación más adecuada para que salgan toreros nuevos con cualidades, pero hay que adaptarse al sistema.
¿Con qué faena se queda? ¿Cuvillo o Alcurrucén?
La obra de torero cuajado, con capacidad y solvencia, fue la del toro de Cuvillo en la Corrida de la Cultura. No fue mejor que la de la tarde de mi confirmación de alternativa, pero sí más reposada y más torera, porque afloró el concepto que quiero conseguir: Torear y andar despacio por el escenario, que es lo más difícil del toreo y para lo hace falta mucho valor y sacrificio. Cada día busco perfeccionar ese concepto.
¿Sabía que era capaz de realizar una faena tan rotunda como la de «Barberillo» de Alcurrucén?
Había tenido faenas destacadas en plazas de menor importancia. Era consciente de mis cualidades como torero y sabía que algún día iban a aflorar, aunque no esperaba que lo hiciesen tan pronto y menos en una plaza del rango de Madrid.
¿Ha habido tardes antes de Madrid donde haya sentido que ese cambio estaba llegando?
Más que una tarde en concreto, he observado mi progresión a lo largo de la temporada pasada que fue muy importante para probarme como matador de toros y sobre todo este pasado invierno.
¿Dónde sitúa su evolución principal?
En la capacidad de imponer mi tauromaquia a un mayor número de toros, perfeccionado la técnica y adquiriendo los conocimientos necesarios.
¿Cómo se consigue todo eso?
Con mucho entrenamiento y mentalización. La preparación de un torero es muy intensa y el sacrificio debe dar su fruto en la plaza.
¿Cómo se digiere el éxito con 20 años?
Creo que la edad es algo secundario a la hora de asumir el éxito. Lo importante es la madurez. Considero que estoy preparado tanto para el éxito grande como para el fracaso más absoluto. Hay que ser humilde y aprender de ambos.
La pasada Feria de Fallas saliste a hombros?
La faena a mi primer toro se acercó a lo que quiero conseguir porque hubo pasajes de toreo despacio. La gente supo ver esas ganas con las que arrancaba la temporada y el concepto que quiero expresar.
¿Sevilla ha sido la nota discordante de la temporada?
Digamos que no fue la tarde que esperaba. El escenario me pesó más de la cuenta y no anduve en la plaza lo suelto que quería, lo que hizo que no me acoplara a mi primer toro.
