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"Coincidió una noche con Julio Iglesias, no puedo asegurar si hubo fiesta o no"

El detective del cantante relata la investigación que sirvió para revocar la sentencia de paternidad

"Coincidió una noche con Julio Iglesias, no puedo asegurar si hubo fiesta o no"

Javier Sánchez Santos, el valenciano que trata de demostrar que es hijo de Julio Iglesias 18 años después de que el Tribunal Supremo zanjara la polémica paternidad, ha vuelto a abrir una puerta que había quedado cerrada, pero que incluso al detective del cantante que llevó el caso y aportó las pruebas que sirvieron para tumbar la sentencia de paternidad todavía hoy le genera dudas. «Coincidió una noche con él en San Feliu de Guixols, pero no puedo asegurar si esa noche hubo fiesta o no, la biología es la biología y con una sola vez puede ser suficiente», reconoce Juan de Dios Vargas, detective privado de Distrito 46.

Durante quince días el investigador contratado por Julio Iglesias a través del por entonces decano del colegio de Abogados de València, Vicente Falomir, logró reconstruir «paso a paso y de forma manual» la vida del cantante durante los días en los que Edite Santos asegura que mantuvo una relación pasional con él en 1975. Fruto de estos supuestos encuentros carnales habría nacido Javier Sánchez, según la demanda que interpuso su madre en 1991.

Según acreditó Juan de Dios Vargas en sus informes, la demandante solo pudo coincidir una noche y parte de un día con Julio Iglesias durante el tiempo que permaneció éste en la Costa Brava. «El día anterior había estado actuando en el Olimpia de París», recordaba el detective rememorando los pasos dados por el cantante, quien en aquellas fechas estaba casado con Isabel Presley.

«Le aconsejé que pagara»

Vargas reconoce que todo el follón mediático de este caso se podía haber evitado si su cliente hubiera seguido sus consejos cuando todavía no había una resolución judicial a favor de nadie. «Al principio no le dieron importancia y después de hacer un primer informe, ubicando quien era esta chica portuguesa y sus circunstancias personales, le di un consejo a Julio Iglesias». Según asegura, le recomendó llegar a un acuerdo económico antes de la demanda de paternidad para evitar que tuviera publicidad. «Si me hubiera hecho caso se habría ahorrado bastantes problemas», admite.

Posteriormente, después de que el Juzgado de Primera Instancia número trece de València declarara al joven hijo de Iglesias, la investigación se trasladó a Girona. «Cuando vieron las orejas al lobo me encargaron irme a San Feliu de Guixols. En este tipo de trabajos hay una serie de justificaciones de prueba, la labor del detective es intentar desmontar las tesis de la parte que demanda», explica.

«Allí localicé a varias personas que mantuvieron relaciones con ella esos días», afirma el detective, quien remarca la dificultad de conseguir que hablaran estos testigos, ya que algunos estaban casados e incluso a uno de ellos le costó el empleo porque trabajaba para el arzobispado de Girona. «Yo no quiero juzgar, simplemente constato que hay varias personas que declararon en su día haber mantenido relaciones con esta mujer en esas mismas fechas», explica Vargas.

Así, «la misma obligación tienen de hacerse las pruebas de paternidad aquellas personas que manifiestan voluntariamente haber estado con ella, como el padre que le dio el apellido como el propio Julio Iglesias».

Respecto a por qué ahora, después de tanto tiempo, vuelve a la palestra este asunto, el detective lo tiene claro. «Alguien tiene que haber financiado al detective de Miami para conseguir las pruebas, aquello tiene que haberle costado una pasta y no creo que ni el hijo ni la madre tengan capacidad económica para hacerlo», argumenta haciendo referencia a la obtención de la prueba de ADN obtenida de los restos de basura, con saliva o materia orgánica del cantante, y que según el letrado José Osuna presentan una coincidencia del 99,99% con el de su cliente. «Probablemente esté el despacho de abogados detrás, esperando a que suene la flauta, peguen el pelotazo y pasen por caja», apunta.

En el caso de que finalmente se demostrara que Javier Sánchez es hijo de Julio Iglesias, cosa que no descarta el detective, esto no supondría una contradicción a la investigación que llevo a cabo en los años 90. «Ella dice que fueron quince días de pasión y yo reconstruí esa semana y solo coincidirían una noche y un día», asevera.

Asimismo, asegura que a la familia le interesa que el caso se juzgue en España y a Iglesias en EEUU. «Para un pleito de estas características se necesita mucho dinero, y allí si la broma te sale mal la condena en costas puede ser tu ruina», remarca.

«Los que tienen hijos secretos tienen que estar preocupados porque en cualquier momento puede haber un detective disfrazado de camarero que te recoja el plato con tu ADN o que con una buena propina se lo lleve cuando termine de comer», sentencia.

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