La XXIII edición del Festival Internacional de Benicàssim vivió anoche una de las jornadas más multitudinarias de su longeva historia. El FIB colgó el cartel de no hay billetes y reunió a más de cincuenta y tres mil personas en un sábado marcado por las guitarras y las melodías, de Dinosaur Jr a Biffy Clyro pasando por Liam Gallagher y el reclamo de las letras grandes: los californianos Red Hot Chili Peppers.

Cuanto más multitudinario es el FIB más filosofía exige a los presentes. Hay tantos conciertos que si te pierdes alguno no pasa nada. Hay tanto que andar que conviene dosificar la energía. Hay tanto que puede llegar a molestar en algún momento que por instinto se desarrolla la virtud de la paciencia y la tolerancia. Hay un punto estoico en los fibers pata negra, los de la acampada y la pulsera de cuatro días. Hay que vivir la experiencia para entenderla. El cantante de los ingleses Blossoms contó una buena, entre canción y canción: que vino de chaval al FIB con sus amigos, que su novia aprovechó para dejarle y que, bueno, al final del todo tampoco estuvo mal la cosa, porque lo estaba contando, años después, desde el escenario principal con su banda.

Filosofía: el FIB te da más de lo que te quita.

Está siendo un FIB especial no solo por lo masivo, por los cambios en las medidas de seguridad y sus efectos colaterales. En el imaginario colectivo del público británico está muy presente todavía el reciente atentado en el Manchester Arena durante la actuación de Ariana Grande. La otra noche, de camino de un escenario a otro, un grupo de jóvenes empezó a tararear Don´t look back in anger (No mires atrás con ira), la canción de Oasis que emergió en el duelo de Manchester como himno consolador de aquella tragedia. Pronto se engancharon al cántico centenares de fibers, con indisimulado orgullo.

Ayer, al contrario de lo que hizo el mes pasado en Glastonbury, Liam Gallagher evitó ese himno de Oasis, pero no importó, tenía otros a mano: abrió con Rock N Roll Star y Morning Glory y acabó con Wonderwall en una explanada absolutamente llena. El FIB ya andaba entonces lanzado hacia la inmensidad de la noche, con las agendas subrayando los nombres de Red Hot Chili Peppers y Biffy Clyro. Dinosaur Jr había elevado el listón que había impuesto The Strypes para empezar en el principal. El ir y venir obligaba a paradas de rigor: La Ora brilló en el South Beach y Las Kellies en el Visa antes que la Mala Rodríguez. Cuando cayó la noche, también los españoles hicieron ruido: el regreso de Surfin´ Bichos y la potencia de Biznaga ejercieron de eficientes alternativas.

El FIB baja hoy el telón con la cuarta y última jornada. Encabezan Kasabian y Crystal Fighters. Los escoltan, si quedan fuerzas, Love of Lesbian, Years & Years, Bad Gyal, Declan MacKenna, Dua Lipa