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"Hemos perdido derechos individuales en favor de las exigencias colectivas"

Ana Noguera y Enrique Herreras publican «Las contradicciones culturales del capitalismo en el siglo XXI», un diagnóstico sobre las paradojas de nuestro tiempo - La obra se presenta mañana a las 18.30 horas en el Museo de Bellas Artes

"Hemos perdido derechos individuales en favor de las exigencias colectivas"

Decía Thomas Bernhard que «los gobiernos no están interesados en una sociedad ilustrada porque está terminaría aniquilándolos». El intenso escritor mantuvo una relación de amor-odio con su Austria, sin embargo Ana Nogueras y Enrique Herreras reflexionan con solvencia. Llevan mucho tiempo juntos filosofando, en el buen sentido. Noguera, profesora de Sociología y Ciencias Políticas de la UNED, se dio cuenta que después de 40 años, Las contradicciones culturales del capitalismo de Daniel Bell requería una buena revisión, y para ello contó con Enrique Herreras, profesor de Ética y Filosofía Política de la Universitat de València.

¿Un poco atrevidos revisar un bibliografía obligada? «Utilizar a Daniel Bell es una excusa justificada», señala Noguera. El libro de Bell fue muy potente en su momento, tanto que marca el inicio del neoliberalismo. «Llegamos a la crisis por la cultura neoliberal, se ha descubierto su falsedad», remata Herreras, que pone como ejemplo lo que ha ocurrido con los bancos.

El ensayo dispone de dos guiones, uno de dilemas actuales que es el más político y el otro de fundamentos filosóficos. Y dos claros referentes, Adela Cortina y Joan Romero. La filósofa valenciana asegura en el prólogo que Noguera y Herreras aclaran que las contradicciones actuales no son solo del capitalismo, sino del liberalismo, «una ideología que ha conseguido afianzar las libertades, pero no las condiciones para que esas libertades sean las de todos y no las de unos pocos». Adela Cortina y Joan Romero presentarán el libro mañana (18.30 horas) en el Museo de Bellas Artes.

La miembro del Consell Valencià de Cultura y el articulista de Levante-EMV llegan a la conclusión que el s. XXI es el siglo de los dilemas morales. «Porque tenemos potencia como nunca lo habríamos soñado, pero hemos perdido conciencia cívica», subraya Noguera. Por eso en el último capítulo, se argumenta que los problemas vuelven a ser los mismos. «Nos seguimos enfrentando con el hambre, la desigualdad, y la precariedad laboral, donde se cobra la mitad del salario que antes», explica.

«¿Se puede cambiar el sistema?», se pregunta Herreras. «No, porque el sistema no existe, es el capitalismo. Ortega decía que cambiar el sistema es fácil, lo difícil es tener ideas». Bell se equivocó en el diagnóstico, sostiene Noguera, que defiende que con la globalización se ha impuesto la economía, mientras que la política y la cultura han quedado subsidiarias de las demandas. «No hay política atrevida e imaginativa que tenga capacidad de controlar la barbarie económica. Todo se basa en la eficacia de los números, muera quien muera. Y eso genera una sensación de jibarización, de miedo. Vivimos con miedo», dice.

Mientras Herreras asegura que la opinión pública obliga a las multinacionales, y expone que ahora se hace economía verde, aunque sea cosmética, por la conciencia de la sociedad. ¿Y la política? «Las urnas son un poder más», dice Herreras, pero Noguera le corta: «lamentablemente, porque ahora el político hace equilibrios». Lo dice alguien que aspiró al dirigir el PSPV.

Sobre contradicciones, afirma que «hasta hace poco tiempo, sabías a quien echarle la culpa, pero ahora no hay un rostro de poder, y encararte solo con los partidos políticos, cuya capacidad de maniobra está limitada aunque no quieran asumirlo, genera frustración».

Multiculturalismo

Hecho el diagnóstico, pregunto por las soluciones. «Es un libro de diagnósticos», coinciden. Aunque el libro alerta para no confundir conceptos. Por ejemplo, libertad con exigencia. «La libertad no significa tener todo lo que uno desea tener». ¿Cómo que una niña lleve el velo en el instituto?. «Por ejemplo, ese es el error. Ahí me alineó con Amalia Valcárcer, con su cita ´lo que no le he consentido a un sacerdote, no se lo pienso consentir a un imán´», aclara Noguera. Es muy fácil de entender con los esclavos. «Cuando una persona dice que va a trabajar por menos del salario mínimo interprofesional, que no va a cobrar las horas extras y va a quedarse a dormir en la empresa porque tiene tres hijos que mantener, el sistema dice que uno no puede ser esclavo aunque quiera. ¿Y porque aceptamos lo otro?».

«Hemos perdido los derechos individuales en favor de las exigencias colectivas. Ha fracasado el multiculturalismo», sentencia. Mientras Herreras alerta que «un gobierno mundial ya no es deseable, porque quien regula es la economía». «Eso es el fracaso del socialismo. Por primera vez en la historia, no hay alternativa, no hay un Carlos Marx, que salga y proponga una alternativa», añade Noguera.

¿Son optimistas? Enrique Herreras: «Sí». Ana Noguera: «A ratos..., me muevo entre la esperanza y la desesperanza».

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