El Círculo de Bellas Artes de València quiere empezar de cero y renovar su imagen de institución decimonónica, pero sin renunciar al arte que desde 1893 le ha significado. Lo hace ya libre de deudas -que le suponían un lastre de 1,8 millones- y con nueva sede, en la calle Maldonado. Así lo explicó ayer el presidente de la entidad, Gerardo Stübing, junto al director artístico encargado de seleccionar proyectos, Aureli Domènech. «El principal reto es dar continuidad a un asociacionismo nacido en el siglo XIX pero con los avances de nuestro tiempo», dijo Stübing.

Avanzaron una serie de actividades que quieren desarrollar para que el Círculo se convierta en «referente» de los ciudadanos con sensibilidad artística. Para este curso han programado un total de siete exposiciones y actividades como cursos, talleres, conferencias, mesas redondas, subastas de arte o jornadas al aire libre. Además, la idea es incorporar otras disciplinas como un taller de teatro, que estará impartido por la actriz valenciana Lola Moltó.

Colección Siglo XXI

En cuanto a la colección, Stübing y Domènech señalaron que su objetivo es ampliarla mediante la donación, así como blindarla para que no pueda venderse ninguna obra. Al mismo tiempo están trabajando con la Conselleria de Cultura para que los fondos tengan la declaración de Bien de Interés Cultural para que no pueda disgregarse. En cuanto a la ampliación de la colección, ya trabajan con posibilidades como la incorporación de una pieza de Joaquín Michavila -ofrecida por la familia del pintor-, a quien concedieron su Medalla de Oro en 2016. Esta será una de las obras que forme parte de la denominada colección Siglo XXI, que la entidad quiere poner en marcha.

Otra de sus iniciativas es El Cercle en Moviment, una serie de exposiciones itinerantes por municipios valencianos, en los que darán a conocer las 200 obras de sus fondos, fundamentalmente de artistas valencianos como Sorolla, Pinazo, Rusiñol, Benlliure o Ruano.

Actualmente, el Círculo cuenta con unos 160 socios pero su intención es alcanzar, al menos, los 250. Stübing hizo hincapié en la incorporación de socios jóvenes, para quienes proponen una cuota simbólica, más reducida frente a los 17 euros mensuales que pagan actualmente sus asociados.

El Círculo estrena e inaugurará mañana su nueva sede, situada en el entorno del Ciutat Vella, un local de 300 metros cuadrados, dispuesto con dos salas expositivas. La denominada Depas acogerá los trabajos de los talleres y de los socios. Por otro lado, cuenta con el espacio Enblanc, dedicado a exposiciones temporales y en la que por presentación de proyectos, serán seleccionados por un comité de expertos, coordinados por los gestores culturales David Pons y Domènech.

La sede también cuenta con una sala de dibujo multiuso y diversos espacios para actividades. Se trata de un espacio más reducido que la anterior sede situada en la calle Cadirers. «Aun así nos estamos organizando para poder dar el mismo tipo de actividades, ya que la sala de exposiciones o el salón de dibujo se transformaran en espacios multiusos según las necesidades», apuntó Stübing, quien incidió en la «buena sintonía» con Ayuntamiento y Conselleria de Cultura en la búsqueda de un espacio más amplio.

El cambio de aires en el Círculo se ve reflejado en la exposición que abre el curso y que se inaugurará mañana: «Abstrac3», una muestra con una docena de obras abstractas de los artistas valencianos Vicent Carda y Luis Moscardó y el gallego Manuel Rey-Fueyo.