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Entrevista

Ramírez Exposure: "Hacer una lista de Spotify con temas que has oído en una serie de Netflix no demuestra amor por la música"

"Lo que hago es un reflejo de la música que más me entusiasma, de los discos que escuchaba con 15 o 16 años"

Víctor Ramírez presenta su disco 'Young is the New Old'.

Ramírez Exposure tocó ayer en la sala Zeleste de Barcelona y esta noche lo hará en la Rambleta de València junto a los neoyorquinos Luna dentro del ciclo Popular Songs.

P ¿Cómo esta yendo la gira con Luna?

R Hemos hecho muy buenas migas. Son unos chicos estupendos y es un placer siempre poder abrir para alguien así, porque además es muy fácil aprender cosas de gente con un trabajo tan impecable.

P ¿Qué se aprende saliendo de gira junto a un veterano como Dean Wareham?

R Sobre todo el saber estar y la humildad. La gente a la que mejor le va o tiene un discurso convincente en la música suele ser bastante humilde. Es algo que aparece en los músicos que más me gustan.

P ¿Nota una buena recepción por parte del público de Luna a su propuesta?

R La gente está reaccionando muy bien en los conciertos. He encontrado un nuevo público al que no estoy acostumbrado, porque son diferentes generaciones. Gente que de normal no iría a un concierto mío está escuchándome y comprando el disco. Está siendo una buena oportunidad.

P Habla de llegar a otra generaciones cuando su música es tan difícil de encuadrar en una generación, y menos en la suya.

R Lo que hago es un reflejo de la música que más me entusiasma, y los discos que más me han marcado cuando tenía 15 o 16 años. Esa atemporalidad me sale de manera muy natural. Para hacer este disco me olvidé completamente del estar pendiente de lo que se lleva o se puede consumir más fácil, y como el productor y yo hablábamos el mismo idioma en cuanto a gustos y referentes, teníamos muy claro que íbamos a tomar el camino de hacerlo lo más natural posible. Al final ese camino nos llevaba a una sola dirección, un sonido que recuerda mucho a la década de los 60 y 70, a Phil Spector, Brian Wilson o alguno de George Harrison.

P Marc Jonson, el productor, es una figura casi desconocida pero para usted es un referente. ¿Cómo llega a él?

R Lo conocí a través de un programa de RNE3 donde escuché «Suddenly Sunshine». Me pareció una canción perfecta, me enamoré inmediatamente. Era el tipo de canción que me hubiera gustado componer, y decidí hacer una versión. Contacte con Stringfellow, con el que ya había trabajado, la grabamos juntos y se nos ocurrió que sería buena idea mandársela a Marc. Me armé de valor para escribirle y me contestó que le había encantado y que a ver si hacíamos algo juntos. No me lo pensé dos veces y le dije que me produjese un disco. Acabó sucediendo, hubo muy buena conexión y me fui a Nueva Jersey a grabar. Estuve un mes, lo que fue muy positivo porque nos dio tiempo a conocernos, a explorar mucho, saber por dónde queríamos llevar las canciones. Estaba muy asustado porque eso de conocer a los ídolos de uno puede ser muy decepcionante. Había veces en las que llegué a odiarle, porque es una persona excéntrica y está loco, pero esa parte de su locura me encanta y es una cosa maravillosa.

P También colabora Richard Lloyd, de Television. Marc le preguntó si los conocías...

R Sí, fue extraño. Dentro del rock, ¿quién no conoce a Television? Fue un accidente de esos bonitos que ocurren en la música. Marc estuvo en los 70 en la misma escena neoyorkina de Television. Me dijo que conocía a Richard, que era el tío más honesto de la música y que sería buena idea pedirle colaborar. Al final nos mandó cinco o seis pistas de guitarra. No esperaba que quisiera, pero su aportación del disco es muy importante, igual que la de Brian Young o Ken Stringfellow.

P ¿Ken Stringfellow mola tanto en persona que como parece sobre el escenario?

R Es pura energía, la persona más trabajadora con la que me he cruzado. Está enamorado de su trabajo y no se cansa nunca de buscar nuevas maneras de reinventarse y de aprender. Es lo que me fascina de él. Cuando grabé mi primer disco con él tenía 17 o 18 años y me decía que para él es muy importante grabar con bandas que empiezan porque son el futuro de la música y él aprende de ellas.

P Dice que su música reproduce la que le gustaba con 15 o 16 años. ¿Qué se escuchaba en su casa?

R Tengo dos hermanos mayores que escuchaban mucha música, y veía a mi hermano mediano tocando la guitarra, y eso me llevó a aprender. La música que me gusta es gracias a que soy una generación que ha tenido acceso fácil a ella, y en eso soy muy afortunado. Antes había que hacer malabares para poder llegar a tu banda favorita.

P Lo bueno de esa dificultad, o al menos a mí me pasaba, era la sensación de formar parte de una especie de culto para iniciados, con gente que te instruía pasándote una cinta de cassette...

R Sí, echo de menos eso de hacerle un mixtape a quien te gustaba del colegio. Ahora haces una lista de Spotify, que no tiene tanto sentido. Respecto a la música de los 60, hay una gran retromanía porque, al final, todo viene de ahí. Es el punto de partida, y es bueno conocer bien y absorber esas referencias. Siempre voy ahí cuando necesito ayuda para componer.

P ¿Cuál es el futuro de Ramírez Exposure?

R A corto plazo, llevar estas canciones lo más lejos posible y esperar que sean valiosas para alguien. Y a largo plazo, seguir haciendo discos, crecer y que cada disco sea mejor que el anterior. Seguiré haciendo discos siempre que pueda porque es lo que me hace feliz.

P ¿Está el mundo receptivo a las canciones bonitas de pop como las de Marc o las tuyas?

R No soy muy optimista. La gente está más emocionada por el envoltorio que con el contenido. Aunque hay excepciones y me encuentro con gente que ama la música igual que la amo yo, estamos asistiendo a la muerte de la música como era antes y tengo la sensación constante que a la gente en general no le gusta la música. Hacerte una lista en Spotify con cuatro referencias porque las has escuchado en una serie de Netflix, puede ser positivo pero no demuestra un gran amor por la música.

P ¿Una canción bonita cambia una vida?

R Completamente. Te transforma y te hace arriesgarte. Te hace estar conectado contigo mismo, y crecer emocionalmente, que es lo más importante para una persona. Es gratificante y te da felicidad.

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