Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Cristina de Middel: "Mi trabajo desmitifica la fotografía y le hace una fiesta"

«He tenido la suerte de saltar al vacío cuando todo estaba alineado para no morir en el intento»

Cristina de Middel: "Mi trabajo desmitifica la fotografía y le hace una fiesta"

P Han pasado solo cinco años desde el bombazo de su fotolibro «Afronautas» y le llega el Premio Nacional de Fotografía. ¿Esto cómo se digiere?

R Pues masticando mucho, creo. La verdad es que no tengo ni fórmula secreta para que las cosas pasen así de una manera tan exagerada ni tampoco fórmula secreta para saber cómo llevarlo. Estoy aprendiendo ahora más que nunca.

P ¿Qué pensó cuando le dieron la noticia, y quién se la dio?

R Pues lo primero que pensé fue «madre mía» y por suerte la tenía al lado, así que eso ha ayudado. Me llamó del Ministerio un señor que se llama Luis, muy simpático y muy amable, y me explicó cómo el jurado había tomado la decisión y lo que iba a pasar ahora. Luego, en cuanto colgué el teléfono, sólo podía pensar en mi padre, que murió hace unos meses, y en lo contento que se hubiera puesto. Ha sido un año muy intenso, para bien y para mal.

P El jurado destaca que ha llevado el libro de fotografía a la dimensión de «obra de arte total». Con ese piropo, ¿cree que ha contribuido a redescubrir el fotolibro?

R Bueno, yo creo que he tenido la suerte de saltar al vacío cuando todo estaba alineado para no morir en el intento. Hay infinidad de factores que ponen este fenómeno y mi propia carrera en contexto y te aseguro que yo no los controlo todos. A nivel personal, es verdad que Afronautas hizo mucho ruido pero tanto antes como después ha habido mucho trabajo y muchas decisiones que son igual de importantes. La hora del fotolibro habría llegado (no sólo en España) con o sin mi trabajo, creo yo.

P ¿Usted qué cree haber aportado con su trabajo a la fotografía actual: humor, atrevimiento, imaginación, un nuevo lenguaje que cuestiona la realidad...?

R Mira, pues eso sí, pero no estoy segura de que sirva para mucho. Yo creo que en cierto modo mi trabajo desmitifica la fotografía al mismo tiempo que le hace una fiesta. Le toca el orgullo y luego la abraza... algo así.

P Ha ganado importantes reconocimientos pero no para de trabajar en proyectos. ¿En cuál se encuentra ahora mismo?

R Pues ahora mismo estoy terminando la mayor producción que jamás hice: mi boda. Y cuando acabe (que han venido muchos amigos hasta Río a celebrar con nosotros) nos vamos Bruno [Morais, su pareja, también fotógrafo] y yo a Haití para terminar un proyecto sobre religiones africanas que empezamos hace casi dos años. Hay también un proyecto sobre zombis y uno sobre inmigración en México.

P Tras tu selección como fotógrafa de Magnum dijo que necesitaba ese apoyo para que alguna gente tomara en serio su trabajo. ¿Con el Nacional salda la cuenta, se da por satisfecha?

R Jajaja... ¡Pues no lo sé! Que me den el Nacional a mí es una manera también de abrir las puertas a otro tipo de lenguaje y en cierto modo a una nueva generación, así que en ese sentido sí me quedo satisfecha.

P Es la quinta mujer que gana este premio desde 1994. ¿Qué le parece?

R Pues me parece muy bien. Son pocas, desde luego, pero somos dos seguidas. Isabel Muñoz lo ganó el año pasado, así que la tendencia es buena, ¿no?

P Es optimista con la nueva generación de fotógrafos actuales, muchos de ellos salidos tras la crisis?

R Yo soy optimista siempre y con las nuevas generaciones aún más. Yo creo que la crisis hizo un barrido de expectativas y de ayudas que nos obligó a todos a replantear tanto la estructura del negocio como el mensaje a lanzar. Digamos que con el árbol caído nosotros nos hicimos una mansión.

P Y por si tenía alguna duda, ¿se alegra de haber dejado el fotoperiodismo?

R Jajajaja... ¡Pero si no lo he dejado! Yo considero que sigo haciendo fotografía documental sólo que me monto yo mi periódico como me apetece y sin tantas prisas.

Compartir el artículo

stats