Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Teatro | Crítica

Enfrentarse al miedo

'Un obús en el corazón'

Reatro Rialto

De Wajdi Mouawad. Reparto: Hovik Keuchkerian. Dirección: Santiago Sánchez

Wahab recibe una llamada: «Ven». Una llamada que lo lleva a iniciar un viaje en mitad de la noche al hospital donde su madre está a punto de morir, pero también a su pasado marcado por el miedo, el dolor y la destrucción.

Mientras Wahab camina enfrentándose al frío del invierno, rememora la infancia en su país, golpeado por la guerra y la violencia; recuerda el momento en que el rostro de su madre dejó de serlo para transformarse en una desconocida; se retrotrae al instante en que decidió entregarse al silencio ante la incomprensión que le provocaban los demás con su apariencia de normalidad; y lucha contra los miedos que no lo dejan avanzar.

Cuando finalmente llega al hospital, no se reconoce como integrante de su familia, no se siente parte del grupo, sino que los observa desde fuera. Se siente tremendamente solo.

El título de este monólogo escrito por el autor de origen libanés Wajdi Mouawad, Un obús en el corazón, resume de forma impecable la imagen del protagonista, siendo un niño, al contemplar cómo un autobús repleto de personas era acribillado e incendiado con todos sus ocupantes dentro. Ese recuerdo y la imagen de la muerte lo ha perseguido durante toda su vida, impidiéndole crecer. Sin embargo, llega el momento de encarar esos miedos y hacerles frente.

Santiago Sánchez ha sido el encargado de adaptar y dirigir este montaje cuya tensión dramática se sostiene por la implacable crudeza del texto -también salpicado de una ácida ironía- y, sobre todo, por la impresionante interpretación de Hovik Keuchkerian. Su voz y su presencia en el escenario hacen que las palabras lleguen al espectador de manera intensa, estableciendo una complicidad y creando una empatía indescriptible.

Tanto el espacio escénico, de Dino Ibáñez, como la iluminación de Rafael Mojas sólo acompañan en el viaje a Keuchkerian, que lo eclipsa todo.

Compartir el artículo

stats