El libro remarca la diferencia entre la alegría y la felicidad.

Si le preguntas a alguien si es feliz se lo tiene que pensar porque la felicidad es un concepto polifacético. Es decir, si me preguntan a mí si soy feliz diría hoy que mi padre está en el hospital, con un cáncer y no se encuentra bien con lo cual aunque sea feliz con mi pareja, mis hijos, mi trabajo y tenga salud no estoy feliz. Se puede poner nota a la felicidad y en algunos aspectos será un ocho pero en otros puede ser un cero o un dos. En cambio si pregunto si te sientes alegre, no lo sabes, lo sientes. La alegría es desnuda, es pura. No pasa tanto por lo cognitivo sino que es una emoción pura que además genera sentimiento de afiliación y se contagia. Igual que se contagia la depresión o la tristeza también se contagia el entusiasmo, y ese factor contagio es muy importante porque la alegría nos lleva a generar hormonas que estimulan nuestro pensamiento creativo, nuestra visión sistémica, visión a largo plazo, nuestra empatía y por lo tanto es una emoción muy sanadora.

Los libros de crecimiento personal tienen un feedback muy diferente al de las novelas, ¿la gente le habla del libro?

La novela te sumerge en otro mundo pero el ensayo lo que pretende es generar una emoción desde la reflexión. Cada capítulo no es solo el desarrollo de una idea sino que al final hay una invitación a la alegría. Hemos tenido muchas cartas, en un 65 por ciento de mujeres porque normalmente este tipo de literatura lo lee más la mujer que el hombre y también respuestas a través de las redes sociales y correo electrónico. Hay mucha gente que nos ha escrito diciendo que el libro les ha generado espacios de alegría. Eso es lo que queríamos conseguir y por supuesto nos provoca mucha alegría este pequeño libro de Alegría.