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Entrevista | Ana Torrent

Ana Torrent: "Echo de menos un cine más intimista, como el que hice de niña"

Ana Torrent, ayer en la playa de la Malva-rosa. germán caballero

Tenía 7 años cuando protagonizó La colmena y 9 cuando Cría cuervos, dos de la películas más importantes de la historia del cine español. Desde hace tiempo es una actriz lo suficientemente consagrada para no tener prisa a la hora de elegir papeles. En El desentierro interpreta a Dora.

¿Por qué ha elegido actuar en «El desentierro»?

La he elegido por Nacho, el director. Había trabajado con él en su cortometraje, La Ropavejera. Es un director fantástico, y siempre quisimos trabajar juntos. Me habló de este proyecto, me dijo que era un personaje muy bonito y muy potente. Y el guión es muy bueno.

El guión transcurre en un paisaje muy concreto y tiene mucha importancia. ¿Conocía ya los arrozales y l'Albufera?

Yo he venido mucho aquí, he veraneado, he venido a trabajar en teatro... No he visto dónde rodaron en septiembre, porque cuando he venido a rodar ya habían quemado toda la paja del arroz. Es una película muy de la tierra.

Y también de una época y de un fenómeno en concreto. Los 90 y la llamada Ruta del Bakalao. ¿Cómo la recuerda?

Es gracioso, porque acabo de estrenar La Verónica, de Paco Plaza, y también habla de esa época, así que la tengo muy reciente... Lo que ocurría aquí en València se oía mucho en el resto de España.

¿Qué diferencia hay entre trabajar con directores «novatos» como Erice, Amenábar o el propio Nacho Ruipérez, a hacerlo con consagrados como Jaime de Armiñán o Carlos Saura?

El entusiasmo que contagian. Lo que no quiere decir que un director consagrado no tengan ese entusiasmo, pero la energía es diferente y la transmiten de otra forma. Tanto a Amenábar como a Nacho los veo muy seguros. Puede ser su primer trabajo, pero dirigen con tanta seguridad, te hablan tan seguros... Y yo necesito eso de un director. Agradezco que me digan y me pidan, siempre que sepan lo que quieren. Nacho sabe de actores, lo hila todo muy fino.

Usted ha hecho cine en las últimas cuatro décadas...

Sí, últimamente menos. En enero empiezo a preparar una obra para el teatro de Alberto Conejero con Carmelo Gómez.

¿Le gusta cómo ha evolucionado el cine español?

Quizá ahora se está más pendiente de las taquillas, de sí funcionan bien el primer fin de semana. Y por desgracia, como espectador, te pierdes cosas muy buenas.

¿Echa de menos ese tipo de cine más intimista y pausado que protagonizó siendo niña?

Sí, echo de menos como actriz y como espectadora. Pero también me gusta el cine más entretenido, sobre todo como en El desentierro, que también tiene un tono más social, con una denuncia política.

¿Ha podido desprenderse del impacto de sus personajes en «La colmena» o «Cría cuervos»?

Han pasado más de 40 años, pero no te desprendes del todo. Y tampoco quieres. Es tu infancia y tu pasado y no es nada de lo que avergonzarse. Tuve más problema a los 18 o 20 años, a la hora de darme a conocer como actriz adulta. Tesis me ayudó a romper eso.

¿Se lleva bien con esa Ana Torrent niña?

Sí, me gusta.

Le han hecho pasar mucho miedo a usted en el cine...

Sí, menos en el corto de Nacho. Allí me vengué.

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