Lo dice la literatura con Ni de Eva ni de Adán de Amélie Nothomb o con Tokio blues de Haruki Murakami. Y lo dice el cine con Lost in Translation de Sofia Coppola. Tokio, ciudad enigmática y mezcla de culturas, ha sido el escenario de multitud de historias de amor en los últimos tiempos, con las que ahora desafía a París como capital universal del amor y de la luz. De hecho, Tokio ya ha demostrado que puede tener mucho, mucho amor, y también muchas luces, la mayoría de neón. La capital japonesa ha vuelto a ser elegida por el cine en 2017, esta vez por Richard Shepard, el célebre director neoyorquino que ha echado mano del mediometraje para contar una historia protagonizada por Elisabeth Moss («El cuento de la criada» y «Mad men») y Ebon Moss-Bachrach («The Punisher»). Tokyo Project es la cinta con la que Shepard compite en la Sección Oficial del Festival Internacional de Mediometrajes La Cabina de València, el único certamen del mundo especializado en cintas de entre 30 y 60 minutos de duración.

A la pregunta de «por qué un mediometraje», Shepard responde lo que todos los cineastas que acuden a La Cabina: «Es el tiempo que necesitaba para contar mi historia». «Sencillamente no lo decidí. No fue una idea premeditada, solo quería contar lo que yo quería contar. Además, en el caso de los largometrajes, el director debe esperar mucho tiempo hasta que dan luz verde a su proyecto. En el caso del mediometraje, tenía el presupuesto necesario para hacerlo de manera inmediata», reconoce.

En 2007 recibió el premio del Sindicato de Directores y el Emmy a la mejor dirección por el episodio piloto de «Ugly Betty». Pero reconoce que el trabajo que le ha hecho más feliz ha sido «Girls», la serie de HBO creada por la polifacética Lena Dunham. Gracias a esta producción descubrió el encanto de la capital japonesa, donde viajó para rodar uno de los capítulos de la serie. «Me encantó por su energía y por su tranquilidad. Es una completa contradicción. Allí, la historia de Tokyo Project brotó espontáneamente. Necesitaba contarla como fuera», explica Shepard. El director asegura que se siente «especialmente en conexión» con proyectos como de ahora, con los que no se quieren mezclar las grandes compañías. «Hay una mayor libertad con el mediometraje», asegura.

El poder en manos de hombres

Shepard también fue el coartífice de uno de los capítulos más comentados de los últimos años, «American Bitch» de «Girls», en el que la protagonista (la propia Dunham) mantenía una larga e intensa charla con un escritor para explicarle por qué creía que estaba cometiendo abusos de poder. «Lena llevó a ese capítulo uno de los más ansiados temas de conversación de gran parte de las mujeres en la industria del cine. Representa a una generación que no teme denunciar los abusos que sufre porque se siente empoderada, algo que no ocurría en las generaciones de mujeres anteriores. Ellas no sentían que pudieran vencer a los hombres, poseedores de gran parte del poder en Hollywood».