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La desaforada vida de Blasco en cómic

Miguel A. Bou y Cristina Durán presentan «Vicente Blasco Ibáñez. Una vida apasionante», la biografía «intensa, abrumadora y frenética» del novelista y político valenciano - «Hay que reivindicar su figura. Fue un agitador de masas a nivel mundial»

La desaforada vida de Blasco en cómic

Lucha, periodismo, política, la conquista del oeste, persecuciones, cárcel, duelos, fama, gloria, Hollywood... «Nuestro cómic tiene 52 páginas, pero la vida de Blasco Ibáñez podría habernos dado para hacer 300 o 400», señalaba ayer Miguel Ángel Giner Bou, autor junto a Cristina Durán de la biografía en viñetas del novelista y político valenciano que ha editado el Ayuntamiento de València con motivo del 150 aniversario. El cómic se subtitula «Una vida apasionante» y recorre la trayectoria vital del autor desde su nacimiento en la calle de la Jabonería Nueva hasta su fallecimiento en aquella mansión «arreglada al estilo valenciano» de la Costa Azul. «Me hubiera gustado disponer del doble de espacio por lo menos -confesaba Durán en la presentación de la obra ayer en la casa museo de Blasco Ibáñez-. Hemos tenido que condensar en pocas viñetas aspectos como su paso por Hollywood o todos sus viajes. Nuestro objetivo ha sido acercar el personaje a los lectores, despertar su interés e impulsarles a buscar más información».

Aunque el libro lo protagoniza Blasco Ibáñez y éste actúa con compañeros de reparto como aquel padre que quería que fuera abogado, su esposa María, su discípulo Azzati o su archienemigo Soriano, la historia se articula a partir del relato de un «iaio» marinero y blasquista a su nieto tras acudir al multitudinario funeral del escritor en la València de 1933. «Con estos dos personajes queríamos encontrar un punto para que el lector se sintiera identificado -relataba Giner-. Quería transmitir esa pasión hacia el personaje que yo mismo iba adquiriendo mientras investigaba su historia».

Los dos autores del cómica aseguran que, pese a ser una obra de encargo, «se ha acabado convirtiendo en una obra nuestra, porque hemos podido trabajar con total libertad». Hace medio año, Giner empezó a trazar el guión del cómic, tomando como referencias la canónica biografía de Blasco Ibáñez que escribió León Roca, aunque también la que redactó la hija del novelista o sus cartas personales. Por su parte, Durán contó con numeroso material fotográfico para reproducir en viñetas los paisajes que recorrió Blasco, sobre todo los valencianos. «Me parecía importante ser rigurosos en todo, en las ventanas, en las puertas, en los vestuarios... Hasta en los cafés de Madrid que frecuentó de joven. Además, hay muchas viñetas con mucha gente que están basadas en fotografías reales, como las del entierro o los homenajes».

El habitual tono naif de los dibujos de Cristina Durán contrasta con un guión que -sin olvidar que el cómic va dirigido especialmente a un público juvenil- no oculta ninguna de las muchas aristas de la vida de Blasco Ibáñez. «No hemos obviado nada porque queremos ser honestos -defendía ayer Miguel Ángel Giner-. Hablamos de política porque Blasco tenía claro que esa era su verdadera vocación. Hemos querido huir de esa imagen folclórica del Blasco autor de Cañas y barro, la que se queda en la superficie». El guionista se preguntaba ayer si una figura histórica de tanto peso es suficientemente reconocida en su tierra. «Hay que hacer un esfuerzo para reivindicar su figura. Casi nadie sabe que cuando iba a Argentina o Portugal lo recibían como una estrella del rock, o que fue un agitador de masas a nivel mundial, o que fue honoris causa en la Universidad de Washington».

«Con este trabajo no sólo hemos descubierto una vida sorprendente sino también una València sorprendente -concluía Durán-. Una ciudad en la que se hacían duelos, que se ejecutaba a la gente en el río, que llenaba las calles para protestar. Ha sido fascinante».

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