El 16 de marzo de 2010 fallecía José Vidal-Beneyto en el hospital de La Pitié-Salpêtrière. El 10 de enero había dejado sobre el escritorio de su domicilio parisino un manuscrito que ahora la Universitat de València ha editado bajo el título de Celebración de París. Lugares y gentes. En él, el profesor, intelectual y "hombre de acción" valenciano "reflexiona sobre el espacio cultural y social de los cafés, pasajes y salones donde se desenvuelve la vida literaria y artística de la ciudad".
Así lo describe Juan Goytisolo en el prólogo del libro que se presentará el 14 de diciembre en el aula magna del Centre Cultural La Nau en un acto en el que participarán el vicerrector de Cultura, Antonio Ariño; el exalcalde de València, Ricard Pérez Casado; el catedrático de Sociología Fernando Álvarez-Uria y la doctora y especialista en la figura de Vidal-Beneyto, Irene Liberia. También estará la socióloga Cécile Rougier-Vidal (su segunda esposa), que en el libro traza unos "apuntes" sobre los elementos más relevantes de la vida del pensador en la capital de Francia: desde sus primeros viajes en las navidades de 1948 hasta la dirección del Colegio de Altos Estudios Europeos Miguel Servet, pasando por sus encuentros con el exilio republicano, la solidaridad del núcleo valenciano en torno a la Casa Regional, el Mayo del 68, la Junta Democrática, la reapertura del Colegio de España o la Agencia Europea por la Cultura.
Estos apuntes se desarrollan a partir de dos esquemas -Memoria de París y Materiales de una Memoria- que dejó escritos el propio Vidal-Beneyto. Recuerda allí su viuda que José, nacido en Carcaixent en 1927, era hijo de un exportador de cítricos implantado en el mercado central de París, por lo que la «realidad francesa no le era ajena» cuando viajó por primera vez a los 21 años. Ya había cursado los estudios de Filosofía y Letras, Ciencias Políticas, Derecho y Sociología en la UV y en la Complutense.
Pero fue a principios de los 50 cuando Vidal-Beneyto decidió instalarse allí en contra de los deseos de su padre, el exportador José Vidal-Cogollos. "Mi hijo irá a verte -le avisó el progenitor en un télex al representante parisino de su empresa de naranjas-. Te prohíbo tajantemente ayudarle o darle trabajo si no quieres que corte en el acto nuestras relaciones comerciales".
Pero el agente le dio alojamiento y, además, le presentó a otros dos valencianos dedicados al negocio de la exportación de cítricos que, a su vez, le introdujeron en «el núcleo valenciano en Les Halles», el barrio del mercado de París. Estos contactos, según recoge Celebración de París, fueron fundamentales en un acontecimiento excepcional en la historia española del siglo XX: el IV Congreso del Movimiento Europeo de 1962 en el que participaron 118 políticos españoles de todas las tendencias opositoras al régimen franquista y que recibió la peyorativa denominación de "Contubernio de Múnich".
Vidal-Beneyto fue uno de los principales organizadores de aquel congreso junto a Gironella y Gil Robles. Cuenta su viuda que, desde finales de la década de los 50, el valenciano se había instalado en Zúrich donde, en paralelo a sus actividades intelectuales y políticas, "ejerce de consejero técnico en unas empresas comerciales y en sociedades financieras suizas, lo que facilita sus desplazamientos".
Estos "montajes financieros" tenían por finalidad "acelerar y mejorar los pagos de los pequeños y medianos exportadores valencianos de cítricos que hasta entonces tenían que esperar el final de la campaña (julio) para cobrar exportaciones empezadas en octu-bre/noviembre del año anterior", aclara una nota al pie.
Para el montaje del "contubernio" y para lograr que acudieran hasta Múnich muchos de los participantes, Vidal-Beneyto, que actuaba bajo el alias de Sr. Zavala en la clandestinidad, utilizó "pasaportes falsos y echó mano de sus contactos del mundo de la exportación", revela su viuda. Las conclusiones de Múnich subrayaron el reconocimiento de los derechos humanos, las libertades políticas y sindicales y la identidad de las regiones. Pero sus protagonistas sufrieron el exilio y la represión del régimen de Franco. Vidal-Beneyto se quedó en París, vivió el Mayo del 68 y volvió a luchar por la vuelta de la democracia a través de la Junta Democrática de España.
