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Obra

La actriz que bautizó una sierra

El escritor David Coronado rescata en una novela la figura de Juana Calderón, actriz y presunta «villana» conocida como La Calderona - Fue amante de Felipe IV y la leyenda cuenta que se refugió en la Serra Calderona tras huir de un monasterio

La actriz que bautizó una sierra

Se ha hablado de leyenda negra, de complot real y hasta de bandolerismo entre pinares. La historia de Juana Calderón es apasionante de principio a fin. La ambición de esta actriz madrileña nacida a principios del siglo XVII le llevó a enfrentarse una serie de infortunios que dieron pie a una leyenda, la de una bandolera cuyos macabros delitos en una sierra valenciana provocaron que el entorno fuera bautizado con el nombre de su principal villana. La Sierra Calderona, uno de los principales parques naturales valencianos, lleva la estela de esta artista malograda que cayó en el olvido tras ser considerada persona non grata por la corte real de Felipe IV. El escritor valenciano David Coronado (València, 1970) ha querido rescatar su historia en la novela La Calderona (L'Eixam), en la que entrelaza la ficción y el relato histórico para ofrecer al público un retrato completo de quien fue esta musa, amante y presunta ladrona.

«Fue una mujer que tuvo que pasar por mucho, como cualquiera de las que acabaron siendo amantes del rey», explica el escritor. Fue conocida en la Madrid por ser madre de Juan José de Austria, hijo bastardo del rey Felipe IV. Su hijo le fue arrebatado al nacer, para ser criado entre teólogos y humanistas, mientras que La Calderona fue apartada de Madrid. «Era muy hermosa -con pelo largo y rubio- y tuvo multitud de amantes. Fue el gran amor del rey, nunca la olvidó», señala Coronado.

Según el escritor, Juana Calderón es el verdadero nombre de La Calderona. Tradicionalmente se la había conocido como María de Calderón, pero esta, según Coronado, fue su hermana -también actriz-, que murió en la pobreza. El valenciano descubrió este detalle en una publicación de la época y en una carta de Lope de Vega al Duque de Sessa, en la que especificaba que ambas intérpretes estaban actuando de manera separada en València y Madrid.

Juana Calderón -nuestra Calderona- nació en Madrid pocos años después de iniciarse lo que se conocería como el «Siglo de Oro». Según el escritor valenciano, su debut en las tablas fue en 1627 en el Corral de la Cruz de Madrid. Por aquel entonces, la artista era amante de Ramiro Núñez de Guzmán, duque de Medina de las Torres, viudo de la hija del conde-duque de Olivares. El rey Felipe IV quedó prendado de la actriz, iniciándose así un triángulo amoroso que acabaría mal para La Calderona, aunque también para el duque de Medina. «Su romance con la artista comenzó poco tiempo después de quedar viudo, por lo que el conde-duque de Olivares -quien fue virrey de Nápoles- se enfadó mucho con él y acabó siendo destinado a Extremadura».

Las pasiones que despertó La Calderona en la corte desataron la ira de la reina Isabel de Borbón. «El rey temía que la reina atacase de alguna manera a la actriz, que acudía a todos los espectáculos de la plaza Mayor de Madrid. Por aquel entonces ya se encontraba en cinta, por lo que Felipe IV construyó un balcón desde donde Juana Calderón pudiera ver las representaciones. A ese balcón se le conoce como el 'Balcón de la Calderona'», explica el escritor.

Su primer viaje a València se realizó en 1628 junto a la talentosa actriz de la época María de Córdoba, conocida como «Amarilis la Bella». Actuaron en la Casa de Comedias del cap i casal -situada en la calle Comedias-, y no por mucho tiempo, ya que tuvieron que regresar a la capital tras una disputa.

«Cuando regresa, la actriz cae presa de palacio, y después de dar a luz el rey la retira al monasterio de San Juan Bautista en Valfermoso de las Monjas de Guadalajara, donde fue abadesa. Allí es donde acaba la historia de La Calderona y donde comienza su leyenda». Pues se conoce que la artista acabó huyendo del monasterio hasta las montañas valencianas, donde acabó siendo una bandolera para sobrevivir.

«Al provocar los celos de la reina Isabel, las personas que integraban la corte dieron pie a una serie de mentiras a cerca de su vida con tal de desprestigiarla a ella y a su hijo». Algunos de los «rumores» más divertidos que encontró Coronado fueron los que documentó la Condesa d'Aulnoy en Viaje por España.1679, donde le dedica cinco páginas a La Calderona. «Asegura que es una farandulera y una prostituta. Eran todo chorradas para acabar con la buena reputación de Juan José de Austria, hijo de La Calderona», señala. «La condesa también aconseja en su libro que si alguien quiere contratar a un sicario, mejor que sea valenciano porque son unos 'salvajes y la peor chusma que existe'. También asegura que los españoles comen una 'bazofia' con lechuga, tomates y cebolla cruda aderezada con un líquido 'asqueroso' llamado aceite de oliva», narra el escritor entre risas.

El rey pagaba mil reales al año para mantener a La Calderona encerrada en el monasterio, del que se dice que se escapó. «Una carta del obispo de Sigüenza dio pie a pensar que algo raro pasó con ella. Aseguró que habían nombrado a otra abadesa, pero de manera muy breve, sin explicar mucho», asegura el escritor.

Según Coronado, lo «lógico» hubiera sido que de haberse escapado del monasterio, la actriz hubiera huido a Nápoles, hogar de su anterior amante, el duque de Medina. Pero esto nunca se sabrá.

El valenciano encontró la fecha de la defunción de La Calderona en documentos de la Cofradía de comediantes de la Virgen de la Novena, donde se especificó que la artista falleció en Madrid en 1678, y que la cofradía -el sindicato de actores de la época- pagó su entierro por 133 reales.

Nueva obra de teatro

La intención de David Coronado es rescatar ahora la figura de esta «heroína» que da nombre de a la Sierra de Calderona y darla conocer entre la sociedad valenciana. «Es curioso que la leyenda negra de La Calderona se conociera en Madrid, y no en Serra, por ejemplo», apunta. También pretende reivindicar la denominación de la sierra valenciana, cuyo nombre fue recuperado por el Centro de Excursionistas de València en los 60. La primera vez que el nombre de la sierra aparece en documentos oficiales es en el siglo XVIII, en un mapa del Reino de Valencia encargado por Floridablanca.

Actualmente, el escritor se ha «hermanado» con la compañía valenciana Yllana para llevar a cabo esta labor, ya que el 3 y 4 de marzo llevarán a las tablas de Espai Rambleta «La Calderona», un musical dirigido por David Ottone. Espectáculo coproducido por el Festival Internacional de Teatro de Almagro y estrenado en el Corral de las Comedias, obtuvo el Premio al mejor espectáculo de sala de 2017 en la Feria de teatro de Castilla y León. Una puesta en escena a golpe hip hop y rap para un personaje del Siglo de Oro.

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