El Juzgado de lo Mercantil número 3 de València ha dado carpetazo a una las trayectorias más importantes para la cultura popular valenciana de las últimas décadas. Ayer lunes se hizo pública la conclusión del concurso ordinario que este juzgado tramitaba desde 2012 de Tabalet, la empresa abierta en 1977 por Lluís Miquel Campos, cuyos estudios de grabación en la huerta de Alboraia fueron pioneros en el doblaje al valenciano de películas y lugar de nacimiento de algunos de los mejores discos de Remigi Palmero, Al Tall, Seguridad Social, oPresuntos Implicados.

Según expresa el anuncio, el juzgado ha acordado declarar la extinción de la mercantil y archiva las actuaciones sin más trámite «por no existir ni bienes ni derechos del concursado ni de terceros responsables con los que satisfacer a los acreedores». Es decir, Tabalet no ha dejado los suficientes medios para hacer frente a todas deudas adquiridas que precipitaron su cierre en 2012. Sus míticos estudios, situados en plena huerta de Alboraia, están ocupados actualmente por otro empresa de grabación: Alboraia Art Studio, dedicada también a la publicidad, el doblaje y a la producción musical.

«No puedo saber cuántos discos se habrán grabado aquí, pero es fácil que sean 2.000 o 3.000», señalaba el propio Lluís Miquel en 2007 cuando Tabalet celebraba sus tres décadas de vida. Contaba el cantante, productor, activista y responsable de estos estudios que decidió abrirlos harto de tener que ir a grabar sus discos (principalmente con Els 4 Z) a Madrid o Barcelona. Pronto, ese lugar fue para el nuevo sonido de la música popular valenciana de finales de los 70 lo que fue Abbey Road para los grupos «beat» británicos de los 60 o aquel viejo cine en 926 East Mc Lemore Avenue de Memphis para el soul sureño norteamericano.

Remigi Palmero fue el encargado de inaugurar los estudios Tabalet con «Humitat relativa», aquel disco que marcó un punto de inflexión entre la «cançò» de la década de los 70 y lo que algunos llamaron a partir de entonces «rock del mediterràni». En aquel disco colaboraban Pep Laguarda (que ese mismo año grabó «Brossa d'ahir» en los estudios Banana Moon Observatory, de Daevid Allen) y Julio Bustamante, que también usó los estudios de Tabalet para grabar otro álbum seminal del pop valenciano: «Cambrers».

A partir de entonces, aquel estudio en la huerta de Alboraia acogió a artistas valencianos de la talla de Al Tall (aquí grabaron discos como «Quan el mal ve d'Almansa») o Ovidi Montllor, pero también a nombres consagrados de la «cançò» venidos de fuera de València como Maria del Mar Bonet o Pi de la Serra. También grabaron allí el pianista Tete Montoliu y el saxofonista Perico Sambeat el disco «Punto de partida», e incluso Andy Wallace uso su mesa de sonido para producir el «Introglicerina» de Seguridad Social un año antes de ser el ingeniero de sonido del «Nevermind» de Nirvana. El éxito de Tabalet por aquellos tiempos con la música pop le llevó a abrir sus propios sellos discográficos: primero EGT y después Zebra Records, por el que pasaron Euro Trash Girl, Nice Man o Sewel, entre otros.

Da buena cuenta de la versatilidad de este estudio el que Capella de Ministrers registrara en Tabalet su primer disco, premiado por el Ministerio de Cultura por su «difusión del patrimonio cultural». O que también en Tabalet el humorista Don Pío grabara su primer «cassette» de chistes, con el que llegó a vender más de 200.000 ejemplares. Y también de estos estudios surge una de las melodías más escuchadas en todo el país desde hace años: el «jingle» de Mercadona, grabado en Tabalet en 1986.

No fue la de la empresa de supermercados valenciana la única que usó estos estudios para grabar publicidad. También pasaron por ahí las muñecas de Famosa o Nenuco, generando finalmente un catálogo de 2.000 títulos de música publicitaria, según aseguraba en 2012 Vicente Martínez, encargado de la editorial.

Música y publicidad fueron dos de las tres patas de Tabalet. La tercera fue el doblaje, que en los últimos años de la empresa acaparaba ya más de la mitad de los ingresos de Tabalet. Empezaron esta actividad en 1984, a veces doblando «películas infames» (como las definió Lluís Miquel) de porno o spaghetti western. Pero en Tabalet también tuvo lugar el primer doblaje cinematográfico al valenciano: el de la francesa «El salari de la por», en la que Ovidi Montllor le ponía la voz al personaje que interpretaba Yves Montand.