«El Consell Valencià de Cultura es como un niño que les observa con admiración y respeto. Ojalá algún día nos merezcamos tanto honor como ustedes». Así quiso reconocer Santiago Grisolía, los 250 años de historia y méritos de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, institución impulsada por los artistas valencianos -con los hermanos José e Ignacio Vergara- en el siglo XVIII y que ayer recibió la medalla de honor del órgano consultivo de la Generalitat.

«No somos sino un eslabón de una impresionante cadena formada por centenares de ilustres intelectuales que nos han precedido -explicó en su discurso de agradecimiento el presidente de la Real Academia, Manuel Muñoz-. Sin su preparación, sin su esfuerzo, su trabajo, su dedicación y su compromiso, nada hubiese sido posible».

El acto de entrega de la Medalla de Honor del CVC tuvo lugar en el salón de plenos de Palau de Forcalló, sede de la institución. Además de los miembros del Consell y de la junta de gobierno y académicos de la academia, el acto contó con la presencia, entre otros, del secretario autonómico de Cultura, Albert Girona; el Síndic del Grupo Socialista en las Corts, Manolo Mata; el presidente del Consell Econòmic i Social, Carlos L. Alfonso; o del decano de la Facultad de Bellas Artes, José Galindo.

El CVC ha justificado la entrega de la medalla a la Academia porque en sus 250 años de historia «ha sido de una importancia decisiva para los creadores valencianos, hasta el punto de que no se puede entender el arte hecho en nuestro territorio sin esta institución». Su presidente, Santiago Grisolía, destacó el « vigor» de la institución aprobada por Carlos III en 1768. «Nada ni nadie ha podido acabar con ella, y la Real Academia ha llegado con una salud que es la envidia de todos, libre, robustecida por los años y por la sociedad a la que sirvió desde el primer día», destacó Grisolía.

Después de que el secretario del Consell, Jesús Huguet, leyese el acta en el que se acordaba la concesión de la medalla a la Real Academia, tomó la palabra su presidente Manuel Muñoz. En su escrito de respuesta, Muñoz hizo un repaso a la historia de la San Carlos y a los pintores, escultores, arquitectos, grabadores, impresores, músicos, fotógrafos y estudiosos que la han formado. Y también agradeció la concesión del reconocimiento.

«El CVC es una entidad sumamente prestigiada, cuyos miembros han sido elegidos por amplias mayorías en el seno de les Corts, representantes legítimas de todos los ciudadanos; por ello, reconocimientos como éste adquieren un significado especial y configuran un importante jalón en la biografía de las corporaciones que lo alcanzan», explicó.

Recordó Muñoz que «la Real Academia de San Carlos nace como consecuencia del espíritu Ilustrado, cuando se decide racionalizar el conocimiento y sistematizar y ordenar las enseñanzas de las Bellas Artes». Y destacó como el cuidado de las piezas góticas de los edificios religiosos de València desde la desamortización, permitió que permanecieran intactas tras la Guerra Civil y que hoy formen parte del Museo de Bellas Artes.

En la actualidad, la academia posee 15.200 obras entre pinturas, esculturas, dibujos, grabados, planos de arquitectura, fotografías, litografías, y planchas calcográficas. Sobre su futuro, Manuel Muñoz señaló que «nos consideramos actores de una importantísima función social». Por ello, destacó el proceso de actualización y digitalización de archivos, sus vinculos con otras instituciones como la Generalitat o las universidades, sus investigaciones y labores docentes, y el impulso de propuestas como la declaración como BIC del jardín del Túria de València.