Humilde y perseverante, a Manuel Muñoz Ibáñez (València, 1943) le caracteriza su desmesurada amabilidad. Doctor en Medicina, el mes que viene cumplirá tres años como presidente de la Academia de Bellas Artes San Carlos de València. Dice que no siente «apego» al cargo, sin embargo, reconoce que ha cumplido uno de sus propósitos: abrir la entidad hacia la ciudadanía. «El prestigio de la Academia tiene que deberse a su utilidad y no a su valor patrimonial», asegura.
P ¿Qué significa para usted celebrar el 250 aniversario de la institución como presidente?
R Es muy emocionante. Es una coyuntura casual el que yo esté aquí, pero hay que aprovechar las oportunidades.
P ¿Tiene ánimo por continuar representando a la institución?
R No tengo una gran vocación por perpetuarme. Cada presidente es elegido para cuatro años de mandato, prorrogable a 12 años si así lo aprueba la Junta. En el momento en el que vea que mi etapa se ha terminado daré paso a otra persona. Durante estos tres años hemos hecho cosas importantes.
P ¿De qué se siente más orgulloso?
R Me he sentido muy apoyado por los académicos. Es lo que más me orgullece. No entré por aclamación.
P ¿Cuál es el presente de la Academia?
R El «ahora» es magnífico. Nos sentimos apoyados y por las instituciones. Somos muy útiles, no solo porque somos un organismo consultivo, sino porque tenemos convenios de colaboración con instituciones que nos van a concertar más con la sociedad. La Academia no puede ser una entidad que suene a arcaizante, tiene que ser útil. Su prestigio tiene que deberse a su utilidad y no a su valor patrimonial.
P Siempre hay algo que mejorar.
R Por supuesto. Precisamente estamos hablando con la Universitat Politècnica de València (UPV) para fijar un convenio de colaboración con el que queremos ser visibles para los alumnos de Bellas Artes, así como para la comunidad científica. Somos una institución investigadora.
P ¿Cómo cree que es vista la Academia por la sociedad valenciana?
R Siempre ha estado muy bien considerada. Su actividad siempre ha sido altruista. Aquí no cobra nadie. El hecho que reciba permanentemente la cesión de obras patrimoniales denota que la sociedad entiende que es el sitio adecuado para guardar el patrimonio.
P Todavía quedan muchos fondos por descubrir...
R La Bienal que hemos firmado con La Nau para el mes de diciembre va en la dirección de dar a conocer nuestros fondos. En este acontecimiento eligiremos las obras que creamos oportunas para enseñar a la sociedad valenciana quien es realmente. La Academia es una institución ilustrada que nace en el siglo XVIII, y seguimos teniendo la misma mentalidad ilustrada. El razocinio y la lógica son nuestros valores fundamentales. Seguimos pensando que la razón es la mejor manera de entender el mundo.
P ¿Qué porcentaje de las obras expuestas en el Museo de Bellas Artes pertenecen a la Academia?
R La clave de la pregunta no se encuentra en la cantidad, sino en la calidad. ¿Qué porcentaje de obras muy importantes son de la Academia? Muchas. Tenemos el Retrato de Joaquina Candado Ricarte de Goya; el Retrato ecuestre de Don Francisco de Moncada de Van Dyck; Las bodas místicas del Venerable Agnesio, la obra más importante de Juan de Juanes; La Virgen de las fiebres, el único Il Pinturicchio de España; el Autorretrato de Velázquez...
P ¿Cuál es su favorita?
R La obra más importante que conserva la Academia, el Autorretrato de Velázquez. Es una obra tremenda, la que se utiliza para identificar al pintor. Se podría escribir todo un libro hablando sobre este retrato, ya que la carga psicológica es enorme.
P Rafael Armengol entró a la Academia con 72 años, y Joan Genovés con 86. Parece que tener una trayectoria artística consolidada es un requisito para ingresar a la Academia.
R No creo que la juventud o la madurez sea ni una ventaja ni un detrimento. Lo importante es que quien entre en la Academia sea una persona cualificada y que tenga compromiso con la sociedad valenciano. Si una persona tiene esas cualidades, su edad o su género es lo de menos. Ser académico es vitalicio, por lo que hay que pensar muy bien quien va a estar aquí el resto de su vida.
P ¿Cree que formar parte de la Academia es un sueño para un artista joven en la actualidad?
R No lo sé. Habrá artistas que le haga ilusión y habrá otros que vean esto como un espacio con el que no se identifican. Lo cierto es que hay mucha gente con interés en ingresar. Sin embargo, no hay plazas de académicos numerarios. Ahora debemos reestringir las de académicos correspondientes, ya que no queremos que formar parte de la Academia sea únicamente para colgar el título en el salón de casa.
