Con un ojo mirando a la oscuridad de los 80 y con el otro buscando la luz de una buena melodía pop, los valencianos Ambros Chapel publicaron el pasado mes de enero su cuarto álbum, "Portraits", y hoy a las 22.30 lo presentan en el Loco Club, con Sauna Bytes de teloneros. Pablo Casero (voz y guitarra), Alfred Sanchis (bajo), Óscar Vadillo (guitarra) y José Rodríguez (batería) son, como ellos mismos declaraban recientemente a la revista Urban, de los pocos grupos que todavía se mantiene en activo de aquella oleada de bandas que surgió en València a mediados del año 2000. "Éramos parte de esa escena efervescente, pero tras desaparecer muchas de ellas, nos quedamos solos. Somos un grupo veterano, centrado en su proyecto y que no se expone demasiado socialmente salvo en el aspecto musical. Tenemos nuestros propios parámetros a la hora de llevar el grupo y esa independencia puede llevar a la conclusión de que vas a tu bola".

Sobre el concierto de hoy señala José Rodríguez que "además de presentar las canciones del nuevo disco, tocaremos temas "clásicos" de los anteriores discos y algún tema que hace mucho, mucho que no tocamos y que será una sorpresa para la gente que nos sigue", explicaban ayer a Levante-EMV. "El Loco es una sala especial para nosotros porque nuestro primer concierto serio fue allí. Es como si celebráramos un aniversario. Y es una buena noticia que bandas como Sauna Bytes nos acompañen porque acaban de empezar y tienen una ilusión enorme", añaden.

Para el batería de Ambros Chapel, uno de los objetivos de Portraits "era ser directos y que las canciones mantuvieran nuestro sonido pero con un matiz más melódico". "Hemos intentado sintetizar nuestro sonido dejando lo que creemos es más destacable, eliminando lo superfluo. Y quizás el toque pop ha salido más a la luz, aunque está presente desde siempre en nuestro trabajo. Por eso creemos que los temas nuevos sorprenderán en directo a la gente que haya oido el disco".

La música de la banda valenciana se mueve a partir de conjuntos tan recordados por estos pagos como The Cure, The Church, Bauhaus o Killing Joke, además de clásicos como David Bowie o The Doors. Pese a ello, reconoce Rodríguez que "cada vez más las salas se decantan por lo que está de moda ( ya sea el sonido más mainstream o los tributos ). Cuando les propones otro sonido suelen ser reticentes porque no saben el público que va a ir. Nosotros podemos organizar una gira más o menos decente, pero hacer lo que quieres en cuanto a sonido supone asumir que no lo vas a tener fácil. No se apuesta por algo diferente, ni en salas ni en agencias". "Tal vez hace 20 años lo tendríamos más fácil, ahora no, pero seguimos luchando por cambiar esta dinámica", concluye.